El Gobierno de Colombia y las FARC retomaron este miércoles sus conversaciones bilaterales en La Habana, en un nuevo ciclo de la negociación para la paz que estará marcado por la puesta en marcha de mecanismos de participación social en el proceso de diálogo.
Tras cinco días de pausa, la mesa de negociación vuelve al trabajo en Cuba precedida de llamadas de ambas partes -aunque con diferentes matices- a la participación ciudadana en un proceso donde la sociedad colombiana podrá plantear propuestas para la paz en una página web que entrará en funcionamiento el próximo 7 de diciembre.
Antes de partir el martes de Bogotá, el exvicepresidente Humberto de la Calle, líder de los negociadores del presidente Juan Manuel Santos, quiso dejar claro que “la participación es un insumo para la mesa, la participación está al servicio de la mesa, no la mesa al servicio de la participación”.
“No es el dialogo para prolongar el conflicto, es el dialogo para terminar el conflicto”, recalcó.
Hoy, las Farc, a su llegada al Palacio de Convenciones de La Habana, llamaron por su parte a una movilización total del país para exigir una participación “decisoria” con la que lograr la “consolidación de una democracia auténtica” en Colombia.
Para la guerrilla, la mesa de diálogo de La Habana “es el punto de encuentro de dos maneras de ver la problemática nacional y de plantear su resolución”.
“De un lado está la óptica del gobierno, que defiende las clases pudientes y la inmovilidad del orden vigente. Del otro, la propuesta de la insurgencia, construida desde la visión de los sectores populares que urgen y claman por cambios”, según el grupo guerrillero.
La reanudación de los diálogos de La Habana llega también con el antecedente del último bombardeo militar contra tres campamentos rebeldes y por las contradictorias declaraciones de la guerrilla sobre si tienen o no “prisioneros de guerra”.
La rebelde Sandra Ramírez, quien fue compañera sentimental del fundador de las FARC, “Manuel Marulanda Vélez” o “Tirofijo”, confirmó el domingo en una entrevista con el diario cubano Juventud Rebelde que el grupo insurgente todavía tiene lo que llamó “prisioneros de guerra” y sostuvo que están dispuestos a hacer un canje con guerrilleros presos.
Sin embargo, al día siguiente el jefe guerrillero Rodrigo Granda, considerado “canciller” de las Farc, desmintió que resten en su poder “prisioneros de guerra”, “secuestrados” ni “retenidos”.
Sobre este asunto habló también ayer Humberto de la Calle para instar a la guerrilla a aclarar sin “ambigüedades” si tienen secuestrados en su poder y a que respondan a las víctimas.
El Gobierno de Colombia espera de las Farc “pronunciamientos claros y categóricos sobre este tema”, con el fin de acordar una fórmula que permita “brindar a las víctimas reparación y verdad”, que es uno de los elementos centrales del acuerdo” firmado por las partes en agosto pasado.
Este miércoles las Farc no hicieron comentario alguno sobre este tema a su llegada al Palacio de Convenciones de La Habana, donde se celebran las reuniones bilaterales y donde leyeron una declaración sobre el tema de la participación.
Los negociadores del Gobierno por su parte eludieron totalmente a los medios de comunicación al acceder a ese edificio por un lugar distinto del habitual.
La mecánica de trabajo será la misma que en el ciclo anterior: a tres jornadas consecutivas de reuniones conjuntas seguirá un día de receso en la mesa negociadora.