Cuadrar ingresos y gastos es una tarea muy complicada y muchas personas tiran de improvisación, algo que sólo puede buscarnos un problema. Lo más inteligente es trazar un plan financiero, conocer bien en qué se nos va el dinero y actuar en consecuencia. Estos son ocho consejos para que en 2014 nuestra cuenta corriente esté debidamente saneada.
1. Implementa el sistema PERC
Parara sanear nuestras finanzas tenemos que invertir un tiempo en analizar bien cuáles son nuestros gastos. Para ello es muy útil seguir el método PERC. Analiza qué cosas estás pagando mes a mes y clasifícalas en cuatro apartados: aquellos gastos que puedes “Posponer” un tiempo, aquellos que puedes “Eliminar” de tu presupuesto, aquellos que puedes “Reducir” y aquellos que, sí o sí, tienes que “Conservar”.
2. Reduce tus facturas
Tras emplear el método PERC verás que tienes muchos gastos necesarios –agua, luz, teléfono, internet…– a los que no puedes renunciar. Pero la mayoría de estos gastos sí se pueden reducir. Busca las compañías que te ofrezcan los servicios más baratos y negocia con ellas directamente. Muchas empresas (sobre todo de internet y móvil) ofrecen suculentas rebajas sólo por llamar y amenazar con dejar la compañía. Todo esto requiere un tiempo, pero el ahorro puede ser sustancial.
3. Compra con cabeza
Las facturas mensuales del supermercado suelen ser una parte importante de todos nuestros gastos, pero son más difíciles de ajustar que los recibos. Para empezar es decisivo que elijamos comercios que sean baratos. La diferencia de precio entre superficies puede llegar a ser abismal. No te dejes llevar por las apariencias: los supermercados plagados de ofertas no son siempre los más baratos. De hecho, se ahorra más en los comercios que tienen unos precios ajustados todo el año. Para elegir bien basta que compares los productos que compras siempre entre varios supermercados del barrio y elijas el que te ofrezca un mejor precio en conjunto. Todo centro tiene su fuerte: quizás haces bien en comprar el pescado en un sitio, y la fruta y la carne en otro. Lo importante es estar atento a los gastos y no conformarse con lo más cómodo.
4. Quédate en casa
Nos encanta salir y nos gastamos un dineral en bares y restaurantes. Pero si no hay dinero, no hay dinero. Hacer planes caseros supone un enorme ahorro. Túrnate con tus amigos para hacer cenas en casa, realiza quedadas para ver películas, haz fiestas… Casi cualquier evento casero es más barato que salir a tomar cañas.
5. Establece periodos de reflexión
Antes de hacer un desembolso importante (ya sea la compra de un móvil, un televisor o, un carro), piensa muy bien en qué estás gastando el dinero. Hoy nadie se compra un artículo de consumo caro sin pensárselo dos veces, pero lo mejor es pensárselo tres. Cuando hayas tomado una decisión de compra, espera tres días antes de gastar definitivamente el dinero. En este tiempo de reflexión te darás cuenta de los pros y contras del gasto y puede que cambies de opinión.
6. Que no te cieguen los descuentos
Ahora que empiezan las rebajas tenemos la tentación de ir como locos a comprar lo que no hemos podido permitirnos el resto del año, pensando que vamos a ahorrar muchísimo dinero. Pero un gasto es siempre un gasto, y las tiendas juegan con nuestra propensión a comprar algo sólo porque creemos que está muy barato. Una de las técnicas más habituales de los comercios es colocar tres productos similares juntos. Uno de ellos es especialmente caro y entre los otros dos no hay una diferencia significativa. Pues bien, solemos elegir siempre el del precio medio, pues nos resulta de mayor calidad, pero no tan caro como el de mayor precio. Y es una decisión que no siempre es racional. Lo mejor, como siempre, es comparar entre comercios, informarse y comprar sólo aquello que verdaderamente necesitamos.
7. Compra cada cosa en su debido tiempo
Muchos gastos son imprevistos y no podemos elegir cuando incurrir en ellos, pero muchos otros podemos realizarlos a su debido tiempo. Si tenemos que comprar algo, ya sea un mueble, un televisor o un pantalón, es conveniente esperar el momento adecuado para hacerlo. Piensa también en el mercado de segunda mano que con la crisis está viviendo una edad dorada.
8. No te salgas del presupuesto
Todos tenemos una serie de gastos fijos mes a mes y un dinero que podemos usar en eventualidades. Pero claro, hay muchas eventualidades: comprarse ropa, tomar un café, comprar un libro… No importa en qué gastemos este dinero, lo importante es que no nos lo gastemos todo.Calcula qué dinero te sobra cada mes y bajo ningún concepto gastes más, de lo contrario acabarás metido en una espiral de deudas que puede ser tu ruina.
Tomado de El Confidencial