La nueva congresista, Clara Rojas, concedió esta entrevista para Confidencial Colombia en la que habla sobre sus planes para la creación de un Ministerio de la Mujer, iniciativa que impulsará desde el Congreso. También se refiere a las exigencias que la sociedad le impone a las madres cabezas de hogar y la manera en que la realidad política del país plantea responsabilidades y retos a los funcionarios públicos que se encuentran inmersos en la coyuntura electoral actual.
Clara Rojas, exformula vicepresidencial de Ingrid Betancourt y compañera de cautiverio de ella durante más de un lustro, habló para Confidencial Colombia sobre lo que espera hacer como representante a la Cámara en el Congreso que se posesiona el próximo 20 de julio. Además, se refirió a las vicisitudes de la actual coyuntura política en el país y al rol cambiante de la mujer y a las necesidades que tienen las madres cabezas de hogar.
Confidencial Colombia: Ya superada la campaña al Congreso este año. Ya es una representante a la cámara. ¿Cuáles son las satisfacciones que le deja esta campaña?
Clara Rojas: Realmente me siento satisfecha, fue un trabajo enorme poder llegar a tanta gente y lograr su apoyo. Me siento muy contenta porque tuve la oportunidad de estar en las calles, de ir a los debates en las universidades y estar cercana a los medios de comunicación. Me parece que en general todo ese conjuntos de actividades me permitió llegar a la gente, transmitirles un mensaje y lograr su apoyo. Me siento plenamente satisfecha porque no tuve que usar ninguna de las herramientas tradicionales para llegar al congreso, lo que me tiene orgullosa. Fue una campaña transparente, de eso se trataba.
Había que entender los problemas de primera mano. Cuando fuimos a las localidades a conocer los problemas, particularmente el problema de Transmilenio, en salud para población menos favorecida. Fue un ejercicio valioso me siento contenta y estoy en una etapa en la que tengo un ejercicio de trabajo legislativo en preparación para iniciar el próximo semestre.
C.C.: Mencionaba usted que recorrió Bogotá y se dio cuenta de un sin fin de problemas. ¿Para usted cuál es el problema más grave que tiene Bogotá?
C.R.: Digamos que es un problema básico que hace que los demás problemas sean más grave. El tema de falta de gobernabilidad es lo que hace que a pesar de que haya un plan de desarrollo y que parece que el alcalde volvió a su cargo la realidad es que Bogotá sigue sin un norte, sin saber cuáles son sus metas prioritarias para seguir en los inmediato y lo mediato. Los problemas son muy graves en temas de movilidad, salud, seguridad y atención, a eso hay que sumarle que no hay una focalización para irlos sacando adelante. No sabemos cuáles son las medidas exactas tomadas por el alcalde.
Ese tipo de cosas me preocupan enormemente y el gobierno distrital debe hacer un examen de conciencia y ponerse las pilas para ir mirando qureforma que estamos propiniendo pretende integrar estas variables para dan que es una necesidad b y ponerse las pilas para ir mié falta por cumplir y qué se ha cumplido. Es hora de que, a l margen de consideraciones políticas el alcalde haga que la ciudad retome el rumbo que se perdió en los últimos diez años. Eso no se puede seguir permitiendo.
C.C.: ¿De qué manera se puede subsanar esa crisis?
C.R.: Hay que hacer un gran pacto porque no se puede decir que la responsabilidad es únicamente del gobierno distrital o del alcalde. Hay que llamar al sector privado y a la ciudadanía para que entre todos podamos sacar la ciudad adelante.
Yo hice en campaña un a propuesta de sacar a delante una reforma al estatuto orgánico, la presentaré en la legislatura que comienza este 20 de julio. Pero sin duda hay que hacer un acuerdo con el gobierno local para que entiendan que es una necesidad básica, la propuesta en concreto es que debe haber una descentralización mayor de manera que cada localidad tenga mayor autonomía y pueda tener los servicios básicos o necesarios para su propia comunidad. No solo administrativamente. Tenemos que trabajar el tema de ciudad región. La incertidumbre del POT no ha dejado claro cuáles son las zonas que se destinan para qué. Además, hay una gran deuda con el tema de interés prioritario y de interés social. Esta reforma que estamos proponiendo pretende integrar estas variables para que Bogotá pueda planearse y manejarse de manera más ordenada.
C.C.: ¿Cómo se puede mantener esa relación estrecha que mantuvo en campaña con el electorado?
C.R.: Afortunadamente estamos con un tema tecnológico fantástico. A pesar de que ahora estoy en labores de empalme y de saber qué comisión es la que mejor se ajusta a mi perfil técnico quiero tener un contacto permanente con la gente. Las redes sociales y las nuevas tecnologías me permitirán estar cerca de quienes me eligieron y de quienes tengan preocupaciones por la ciudad. Además, como estoy en Bogotá eso me permite tener al menos una vez al mes, alguna reunión con las personas que votaron por mí en las localidades. Ellos van informando sobre lo que está pasando con la ciudad.
C.C.: Cree que el paro agrario es justificado?
C.R.: Creo que hay un poco de todo en esta coyuntura. Hay que tener claro que es justo y necesario que las protestas se hagan. Me da un dolor enorme ver la incapacidad de los ministros para lograr un acuerdo, máxime cuando ya hace unos meses se habían hecho unos compromisos, no costaba nada hacer seguimiento a esos compromisos para evitar someter, no solo a los campesinos sino a la sociedad en su conjunto, a esta situación de incertidumbre. De manera que ahí sigue habiendo una falencia de liderazgo en el tema de los ministerios, particularmente en el Ministerio de Agricultura.
Acá hay una responsabilidad enorme de parte de los ministros y un error de cálculo gigantesco. No calcularon que estamos ad portas de una jornada electoral y que eso lo pueden capitalizar quienes están interesados en deslucir la obra de gobierno actual. Eso no es algo nuevo porque quien gane las elecciones este año tendrá los mismos problemas de quien está actualmente. No hay que alegrarse del mal ajeno.
Ojalá se pueda lograr un acuerdo profundo y que se cumpla. La situación del agro colombiano es bastante complicada. Los campesinos colombianos están trabajando al pierde, no hay condiciones competitivas para poder sacar adelante sus productos, eso hay que decirlo de frente y hay que trabajar en conjunto por comprometerse en ese tema. Espero que el próximo gobierno tenga un compromiso fuerte con el campo. Y que pueda hacer que la vida en el campo sea tan llamativa como lo está siendo al ciudad.
C.C.: Usted sería partidaria de renegociar los TLC?
C.R.: Yo creo que no nos debe dar miedo hacer eso. A pesar de haber estado de acuerdo históricamente con los TLC. Yo creo que la idea era positiva pero no podemos desconocer las asimetrías que tiene Colombia. Si nos metimos en esa situación y vemos que el agro está sufriendo esa situación pues volvamos a repensar de acuerdo a nuestras necesidades.
C.C.: Hay una constante en estas situaciones de paro y es que hay señalamientos constantes de infiltración de la protesta por grupos al margen de la ley, qué opinión le merecen esos señalamientos?
C.R.: Yo entiendo que eso pasa pero no nos podemos dejar por esa cortina de humo. Puede haber infiltraciones pero ese no es motivo para que los representantes del gobierno, que son los que tienen que hablar no lo hagan. Además, si existen infiltrados como lo señalan pues que las autoridades actúen haya o no paro, pero no podemos tapar el sol con un dedo. Hay una necesidad de atender los reclamos de la gente del campo, independientemente de otra situación.
No tenemos que dejarnos desubicar ni desconocer esa situación dramática en el campo.
C.C.: A tono con el mes de la madre. ¿Cuál es esa gran propuesta para ayudar a las madres de Colombia desde su rol como congresista?
C.R.: Uno de los temas de bandera de campaña, teniendo en cuenta que soy una madre cabeza de familia, es la situación de las madres. Ese tema requiere mucha atención.
Hay que tener en cuenta que más del 60% de la población somos mujeres, y digamos que la gran propuesta es generar un ministerio para la mujer. Yo recuerdo que hace algunos años empezamos a pensar en el ministerio del medio ambiente y a veces pensábamos que no era necesaria la institucionalidad, pero ese es un factor que pesa para que las políticas sigan adelante. Por eso me he inclinado a promover en un compromiso con el gobierno el ministerio de la mujer.
Hay que brindar políticas desde antes de nacer, hay que educarse en una cultura de respeto hacia la mujer. Con eso se evitan los niveles de violencia, no solo intrafamiliar sino los niveles de intolerancia a los que hemos llegado en los últimos meses; por ejemplo los ataques con ácido.
El Ministerio ayudaría a generar políticas preventivas en la sociedad y generar mayor participación. Además, incentivar el emprendimiento y fomentarlo, brindando créditos y generar oportunidades de trabajo. Le pongo un ejemplo, cuando estaba con las madres de Bosa se acercó una mujer de 20 años, me dijo “tengo tres hijos, no tengo trabajo y no tengo Sisben”. Le pregunté cómo hace. Ella vivía con sus padres, arrimada en una situación muy difícil, esos casos son dramáticos.
La propuesta busca atacar esos problemas para ayudar a respetar a las mujeres. También hemos visto que muchas mujeres cuando llegan a la edad de jubilación, no a todas les pagan la pensión. Imagínese que después de haber trabajado tanto a usted no le paguen su pensión. No existen mecanismos expeditos para ello y entonces les tocaría buscar trabajo con 50 años de edad. Si eso pasa en Bogotá, cómo será en el resto del país.
Eso se subsana con créditos, capacitación y atención que se puede brindar por medio de la labor de ese Ministerio.
C.C.: Qué diferencia habría entre el Ministerio de la Mujer y la Oficina que actualmente tiene el gobierno para asuntos de la mujer
C.R.: Pues el Ministerio absorbería esa Alta Consejería. Lo que pasa es que esos temas deben debatirse en los consejos de ministros, hay muchos temas que deben ser tocados en esos espacios y la Alta Consejería no tiene lugar en ese espacio. Además, sería posible que ese Ministerio recoja algunas de las funciones del Instituto de Bienestar Familiar.
C.C.: Qué funciones en específico
C.R.: Pues los temas que toquen a las mujeres y a la protección de los niños. También habría que mirar cuándo las mujeres son víctimas de la violencia. El reto es mantener y sanar el tejido social. Es un asunto de repensar esas instituciones para que logren cumplir su rol en el aparato estatal.
C.C.: Usted cree que estos problemas que sufren las mujeres son una construcción cultural?
C.R.: Indudablemente. Pero Colombia debe entender que los roles de la s mujeres están cambiando. Colombia debe entender que esos cambios de paradigmas deben decantarse, estamos viviendo muchos cambios que deben estar acompañados por la institucionalidad.
C.C.: Qué soluciones podrían existir para algunos de esos problemas que sufren las mujeres?
C.R.: Pues muchas mujeres me han manifestado sus problemas con las jornadas laborales, por ejemplo. Existe el problema del cruce de horarios en el que muchas madres deben salir a trabajar y no tienen con quien dejar a sus hijos o deben llevarlos muy temprano al colegio. Si se flexibilizara la jornada laboral para las mujeres sería algo que incidiría directamente en la mejora de la calidad de vida de los niños y sus madres. Además, existen muchas madres cabeza de hogar que trabajan los sábados y ese es el día que muchas tenemos para hacer diligencias y vueltas de la casa y de nuestros hijos.
También se debe revisar el tema de la retención en la fuente para las madres. Hay que revisar si tienen más de un hijo porque cuando se es cabeza de hogar se debe calcular un sin fin de gastos que no han sido considerados por la ley al momento de rebajar esa retención.