“He perdido miembros de mi familia en el ataque”, presidente Kenia

El presidente de Kenya, Uhuru Kenyatta, elevó la cifra de víctimas en el asalto con rehenes por la milicia islámica radical Al Shabab a un centro comercial de Nairobi a 59, entre los cuales se encuentran familiares suyos.

“Yo mismo he perdido a miembros de mi familia en el ataque”, aseguró en un discurso dirigido a la nación, en el que se mostró convencido de que Kenia “vencerá” a sus enemigos como en anteriores ocasiones.

Por el momento, hay 59 cadáveres confirmados y 150 heridos, según confirmó el presidente del país africano aunque se espera que el número aumente, ya que el centro comercial Westgate, uno de los más lujosos y concurridos de Nairobi, podría albergar varios centenares de personas un sábado por la mañana.

El ataque fue reivindicado por la milicia radical islámica somalí en su cuenta de twitter, afirmando haber matado a “más de cien” personas en represalia por la presencia de militares de Kenia en la misión de la ONU en Somalia.

“Las fuerzas de seguridad están liderando una respuesta multilateral a este ataque”, advirtió el mandatario un discurso televisado.

El objetivo prioritario de esta acción será neutralizar a los asaltantes, asegurar el Westgate y salvaguardar la vida de la gente inocente implicada en el ataque, explicó.

“Quiero dejar claro que atraparemos a los autores huyan adonde huyan, los cogeremos, los castigaremos por este horrible crimen”, aseveró Kenyatta.

Insistió en que su Ejecutivo “está preparado para defender la nación de una agresión interna y externa”.

El presidente keniano lanzó este mensaje a quienes calificó como “despreciables autores de este acto cobarde”, perpetrado con la intención de “intimidar, dividir y causar desánimo” en la sociedad del país africano.

En opinión del mandatario, “un país abierto y unido es una amenaza a los autores del mal en todas partes”, y apostilló que “el terrorismo es la filosofía de los cobardes”.

Finalmente, emplazó a sus compatriotas a “mantenerse unidos en este momento oscuro” y se comprometió a ayudar a los centenares de heridos en el asalto a recuperarse y “retornar a la vida normal tan pronto como le sea posible”.

Desde octubre de 2011, cuando el Ejército de Kenia entró en Somalia como respuesta a una oleada de secuestros supuestamente obra de Al Shabab en el vecino territorio keniano, los radicales islámicos amenazaron a Kenia con represalias por esa iniciativa.

Desde entonces, se han registrado decenas de ataques en zonas fronterizas con Somalia, en la ciudad portuaria de Mombasa y en el propio Nairobi, que han dejado más de un centenar de víctimas hasta el momento.