Millones de indios celebraron hoy el Día de la Independencia del país en un ambiente de calma y con un amplio despliegue de seguridad en la capital india, donde el primer ministro, Manmohan Singh, pidió esfuerzos para luchar contra la pobreza.
“Este es un día para celebrar el éxito de nuestra democracia, pero también debemos reflexionar. Solo alcanzaremos de verdad la independencia cuando acabemos con la pobreza, el analfabetismo, el hambre y el atraso”, afirmó Singh en su discurso anual.
Singh, de 79 años, visitó por la mañana el memorial donde fue cremado Mahatma Gandhi tras su asesinato en 1948, y luego se desplazó hacia el Fuerte Rojo -una fortaleza de adobe en el centro de la capital india- para pronunciar su tradicional discurso.
Allí presenció el izado de la bandera india, saludó a la guardia de honor y gritó las palabras “Jai Hind” (“Viva India”) ante cientos de niños mientras cientos de globos con los colores de la enseña nacional -naranja, blanco y verde- eran lanzados al cielo.
Antes, protegido por una blindada mampara de cristal, Singh apostó en su discurso por considerar el desarrollo económico como una “cuestión de seguridad nacional”, de acuerdo con el texto oficial, difundido hoy por la oficina del primer ministro.
Singh afirmó que el crecimiento económico de este año será “un poco mejor” que el del 6,5% logrado en el último ejercicio fiscal, y que, pese a las escasas lluvias monzónicas registradas este año, “el período de dificultades no durará mucho”.
En los últimos 65 años, las clase dirigente india ha sido incapaz de proporcionar un nivel de vida digno a sus ciudadanos, y aunque en la última década las tasas de crecimiento han aumentado, el país parece estar perdiendo fuelle, al hilo de la crisis internacional.
Además, la India tiene relaciones difíciles con la mayoría de sus vecinos y sufre tensiones internas relacionadas con las diferencias religiosas, regionales, de idioma o casta, pero su compromiso con la democracia ha sido modélico durante casi toda su historia como país.
Este año, el día de la independencia llega tras una brutal ola de violencia étnica que dejó más de 70 muertos y enfrentó a musulmanes y miembros de la tribu “bodo” en la región de Assam, situada en el habitualmente conflictivo noreste del país.
Y en el plano político, la agenda india ha estado marcada en los últimos meses por fuertes protestas civiles contra la corrupción, que el primer ministro prometió reducir con “nuevos esfuerzos de transparencia y responsabilidad en el trabajo funcionarial”.
Como es tradicional, los niños indios festejaron el día de la independencia -obtenida del Imperio Británico en el año 1947- volando cometas en los cielos del país.