Levantarse el domingo por la mañana con la boca seca y la garganta rasposa, deseando haber bebido un par de cervezas menos. Para muchos, si no una constante, esa situación es más o menos familiar. ¿Quién no ha quedado una tarde para tomar unos tragos con sus amigos y la situación se ha ido ligeramente de las manos?
La cerveza lleva más de 6.000 años formando parte de la vida diaria de los seres humanos. Muchas culturas han consumido cerveza incluso como alternativa al agua, ante el riesgo que supone beber agua contaminada.
Su sabor en distintas variedades es apreciado en todo el mundo: fermentada a base de cebada, de trigo, de maíz, rubia, tostada o negra… Hay cervezas para todos los gustos, e incluso hay lugares donde se bebe tibia o templada, añadiendo a la tradicional pinta un chorro de agua caliente.
Sin embargo, según los científicos, el poder hidratante de la cerveza, como el de otras bebidas alcohólicas, es pasajero, ya que el alcohol se elimina más rápidamente que el agua, aumentando el riesgo de deshidratación. Esa deshidratación es uno de los efectos que nos provoca el consumo de bebidas acohólicas y es parte del malestar físico general que conocemos como resaca.
Cerveza con ‘sabor’ a bebida energética
Pero las resacas causadas por la cerveza podrían ser historia, o al menos verse mitigadas, gracias a la investigación que ha llevado a cabo un equipo del Instituto de Salud de Griffith (GHI) de Queensland, en Australia. Los autores de la investigación han manipulado los ingredientes que componen la cerveza para mejorar su poder de hidratación.
En concreto, añadieron a la bebida un componente que se utiliza tanto en productos orientados a deportistas como en el tratamiento de pacientes que sufren deshidratación por algún motivo: los electrolitos. Estos minerales equilibran la hidratación del cuerpo y son esenciales para mantener el buen funcionamiento de los músculos y los nervios.
A la vez que añadían los electrolitos a la cerveza, redujeron la cantidad de alcohol. La idea de los investigadores, en resumen, era hacer que la cerveza se pareciese un poco menos a sí misma y un poco más a Gatorade.
Para comprobar si el efecto de esta cerveza manipulada era el deseado, llevaron a cabo un experimento con siete voluntarios a los que someterieron a un ejercicio físico intenso con el objeto de hacerles sudar. Después les dieron para beber cuatro tipos de cerveza distintos. Dos de ellos eran cerveza normal y otros dos, una variedad más suave. Una de cada tipo había sido manipulada, añadiéndole electrolitos.
“Lo que hicimos básicamente fue manipular el nivel de electrolitos de dos marcas comerciales de cerveza, una de fuerza normal y otra suave, y se la dimos a los sujetos de la investigación, que previamente habían perdido una cantidad significativa de líquido haciendo ejercicio. Después utilizamos distintos procedimientos para medir la cantidad de líquido que recuperaron con cada tipo de cerveza”, explica Ben Dresbrow, del GHI.
Más electrolitos, menos deshidratación
Después de aclarar que recuperar los líquidos perdidos al hacer ejecicio a base de cerveza u otras bebidas alcohólicas no es buena idea -algo obvio, por otra parte-, Desbrow explica que las variedades de cerveza con electrolitos presentaron un nivel de recuperación de líquidos más alto que las que no tenían electrolitos, especialmente la variedad suave.
“De las cuatro cervezas diferentes que consumieron los sujetos, nuestra cerveza ligera aumentada fue, de lejos, la mejor retenida por el cuerpo, lo que significa que fue la más efectiva para rehidratar a los sujetos”, señala Desbrow.
Uno de los motivos es que esta cerveza es, de las cuatro, la que tenía menos alcohol. Es algo similar a lo que ofrece la cerveza sin alcohol, pero los científicos aseguran que ninguno de los voluntarios pudo distinguir la cerveza manipulada por su sabor, uno de los principales problemas de las variantes sin alcohol.
Según Desbrow, teniendo en cuenta que beber cerveza después de sudar mucho es algo bastante habitual, pero que también tiene riesgos, “puedes pasarte el día diciéndole a la gente lo que no debería hacer, o puedes buscar formas de reducir el peligro de algunas de estas actividades sociales”.
La resaca y la deshidratación son cosas distintas
A pesar de que esta nueva cerveza pueda ayudar a paliar el malestar general tras una noche especialmente desatada, muchos científicos aseguran que la deshidratación por consumo de alcohol y la resaca no son lo mismo y que la resaca, al fin y al cabo, no tiene una solución mágica.
De hecho, el origen último de la resaca es hoy en día desconocido, y aunque es un mal relativamente frecuente -lo experimentará en algún momento de su vida hasta el 80% de la población mundial, según declaró Joris C. Verster,investigador de la Universidad de Utrecht a la agencia SINC– no ha recibido una gran atención por parte de la comunidad científica.
Para remediar este desconocimiento y buscar la causa, y por tanto la cura, de la resaca, en el año 2009 se creó el Grupo de Investigación de la Resaca causada por el Alcohol (Alcohol Hangover Research Group, AHRG).
Sin embargo, de momento no hay un remedio científico que cure esa sensación que puede hacerte jurar una y otra vez que nunca volverás a beber. Quedan, eso sí, los remedios tradicionales: una aspirina para el dolor de cabeza, llenar el estómago antes y después y beber mucha agua. Y, efectivamente, no volver a beber.
Tomado de El Confidencial