La invasión terrestre de Gaza, en cuya frontera hay apostados decenas de vehículos blindados, parece inminente después de que el Gobierno israelí aprobara la incorporación de 75.000 reservistas.
Imágenes difundidas en el marco de la ofensiva militar israelí “Pilar Defensivo”, que entró hoy en su cuarta jornada, muestran decenas de vehículos blindados apostados en las inmediaciones de la frontera con la franja y a las soldados aparentemente descansando en previsión de su inminente entrada en combate.
El Ejército ha informado de que toda la región alrededor de Gaza ha sido declarada “zona militar” y que las carreteras están cortadas, otro indicio de una posible invasión.
La cifra de 75.000 reservistas movilizados en el país es la mayor en el país en décadas, muy por encima de los incorporados a la guerra con Hizbulá en 2006 y a la ofensiva “Plomo Fundido” en Gaza de hace cuatro años.
El elevado número, a decir del comentarista militar del canal 10 de la televisión israelí, Alon Ben David, es sólo necesario para derrocar al Gobierno del movimiento islamista Hamás, en el poder en la franja desde 2007, a pesar de que, aseguró, “ése no es uno de los objetivos definidos para la operación”.
“El derrocamiento de Hamás es una decisión que deberá adoptar el próximo Gobierno”, manifestó por su parte el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, en un comunicado difundido hoy por la televisión israelí.
Lieberman aludía a la cercanía de los comicios generales en Israel, el próximo 22 de enero, del que saldrá un nuevo Ejecutivo.
El jefe de la diplomacia israelí apuntó que los próximos pasos a seguir son estudiados por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, el titular de Defensa, Ehud Barak, y otros ministros relevantes en consulta permanente con altos mandos.
Barak informó hoy a su homólogo estadounidense, Leon Panetta, de los últimos acontecimientos referentes a la operación en Gaza.
Conforme a un comunicado de Defensa, ambos dialogaron por teléfono y analizaron las ramificaciones regionales que puede acarrear la ofensiva.
El titular de Defensa aseguró que Israel está decidida a alcanzar los objetivos de la operación, entre los que figuran, según reveló el miércoles, recuperar la capacidad disuasoria, destruir la infraestructura para el lanzamiento de cohetes contra territorio israelí y proteger a la población civil.
La llamada a filas de la reserva parece deberse a los últimos ataques de las milicias palestinas contra grandes urbes en el corazón de Israel, entre ellas Tel Aviv y Jerusalén.
Ninguna de las dos sufrió el impacto directo de proyectiles -cayeron bien en el mar o a unos kilómetros- pero responsables del Estado Mayor y del Gobierno consideran inadmisible que queden cohetes de largo alcance en posesión de Hamás, que Israel considera “una amenaza estratégica”.
Israel desplegó hoy en el área metropolitana de Tel Aviv una batería del sistema de interceptación de misiles “Cúpula de Hierro”, tras la caída de tres proyectiles disparados de Gaza cerca de la ciudad.
A lo largo de la mañana y tras el bombardeo de más de 180 puntos en la franja de Gaza desde la madrugada, las milicias palestinas dispararon más de una veintena de cohetes, algunos de los cuales fueron interceptados por el sistema “Cúpula de Hierro”.
Una portavoz del Ejército israelí dijo a Efe que desde el inicio de la ofensiva en Gaza, el miércoles, aproximadamente 370 cohetes fueron lanzados desde la franja contra Israel, 220 de los cuales fueron interceptados por el sistema anti-misiles.
De madrugada aparatos de la aviación israelí atacaron sedes vinculadas al gobierno de Hamás en la franja, incluidas las oficinas de su primer ministro, Ismail Haniye.
Según el último balance de víctimas, el total de fallecidos palestinos en los ataques israelíes ascendió hoy a 39 y los heridos son 330, a los que se suman tres civiles israelíes muertos por el impacto de un cohete disparado de Gaza.