Los colegios electorales en Italia aun están abiertos, en el segundo y último día de las elecciones generales en las que están llamados a votar algo más de 47 millones de electores para elegir al nuevo Gobierno.
La prensa de hoy destaca el claro descenso de la afluencia, que achacan no sólo al mal tiempo, ya que intensas nevadas se registraron en el norte del país, sino también al desencanto de los italianos por la política.
Los italianos podrán elegir entre la coalición conservadora encabezada el partido Pueblo de la Libertad (PDL), que ha tenido que recurrir a Silvio Berlusconi, quien había anunciado su retirada de la política, para evitar el fracaso total en las elecciones.
Mientras que el centroizquierda concurre con el líder del Partido Demócrata (PD), Pierluigi Bersani, en alianza con Futuro Ecología y Libertad, de Nichi Vendola, que representa el ala más progresista de la coalición.
Según los últimos sondeos oficiales publicados 15 días antes de los comicios, la coalición de Bersani puede conseguir entre un 34 y un 38 % de los votos, mientras que el empuje de Berlusconi había llevado a su coalición a un 28 y un 30 %.
Según estos datos, en la Cámara de los Diputados, el centroizquierda conseguirá la mayoría absoluta, pero en el Senado, donde el enrevesado sistema electoral prevé premios según los resultados regionales, necesitaría establecer alianzas.
Aquí entraría en juego el dimisionario presidente del Gobierno Mario Monti, que apoyado por una coalición de movimientos cívicos y partidos centristas podría ayudar con el 16 % que le otorgan las encuestas a eliminar el empate en el Senado.
No hay que desestimar a uno de los grandes protagonistas en estas elecciones: Beppe Grillo y su Movimiento 5 Estrellas, que representa el descontento popular contra la vieja política y que ayer fue capaz de llenar, en una tarde desapacible, la plaza San Juan de Letrán de Roma y a quien sondeos puntuales le dan ya como la segunda fuerza política.
Otros candidatos son el magistrado Antonio Ingroia con su Revolución Civil, pero que podría no alcanzar el 4 % que se exige para tener representación en la Cámara de los Diputados o el 8 % en el Senado.
Además de elecciones legislativos, se celebran en Italia también comicios regionales en Lacio, Lombardía y Molise.
Esos más de 47 millones son los electores mayores de 18 años que podrán votar a los 630 miembros de la Cámara de los Diputados (Baja), pues solo quienes tengan al menos 25 años (más de 43 millones) podrán elegir a los 315 senadores que ocuparán la Cámara Alta junto a 5 miembros vitalicios.
Los italianos residentes en el extranjero cuentan con una circunscripción propia, que elige a 12 diputados y 6 senadores, mediante un sistema electoral, el vigente en Italia, de tipo proporcional con premio de mayoría y distintas barreras con un porcentaje mínimo de votos para obtener acceso a cada Cámara.
Ayer votaron los principales líderes políticos, incluido el tecnócrata Mario Monti, cuya dimisión como primer ministro el pasado diciembre hizo que los comicios se adelantaran dos meses.
Todos ellos acudieron a las urnas con normalidad, pero no fue así el caso de Berlusconi, líder de la coalición de centroderecha, pues a su llegada al colegio electoral de Milán en el que vota tuvo que escuchar las protestas del movimiento ucraniano feminista Femen.
Con EFE.
