El colombiano podría volver directo al once titular para el partido de este domingo contra el Celta. Las bajas de Modric y Kroos le abren una puerta en el puesto de volantes que aún se piensa Zidane para el crucial encuentro. James regresaría a lo grande después de pasarse un mes fuera de los terrenos de juego por culpa de sus problemas en ambos sóleos.
James Rodríguez se enfrenta a su primer match ball de los que tendrá de aquí a final de temporada. Entró en la lista de convocados para el crucial partido del domingo que enfrentará al Real Madrid con el Celta en el estadio de Balaídos. El ’10’ de Colombia se encuentra totalmente recuperado de sus problemas en ambos sóleos. Después de pasarse casi un mes de baja, salió de la enfermería hace nada más una semana. En los últimos días realizó ejercicios con normalidad junto al resto del grupo, lo que sirvió para comprobar que está en pleno estado de forma.
Para llegar ahí, ha tenido que pasar por un nuevo infierno debido a los problemas que atravesó en ambos sóleos de sus piernas. Un jarro de agua fría en forma de lesiones que le cayó justo cuando empezaba a coger el ritmo que la falta de oportunidades y la suerte le habían negado hasta el momento.
En Madrid hablaban hoy que su regreso puede ser por la puerta grande. Que el jugador volvería de una para entrar en el once inicial. El retraso inesperado en la evolución de la lesión de Modric y la baja por acumulación de tarjetas de Kroos, juegan a favor de James. Zidane estaría pensando en situarlo en la línea de tres junto a Casemiro y Kovacic, que se antojan indiscutibles para este partido. Se disputará el puesto con Isco y Asensio, quienes en las últimas jornadas han perdido su lugar en el esquema del técnico galo.
En el Madrid quieren seguir viendo la versión de James 2017. “Año nuevo, vida nueva”, dijo el cucuteño tras su buen encuentro contra el Sevilla. En el cuerpo técnico confían en que a pesar de esta lesión que los lastró en el últimos mes, se pueda volver a ver esta nueva versión de James. Contra el Celta tendrá una prueba de fuego y su primera bola de partido para demostrar en estos seis meses que le sobra calidad para vestir de blanco.