La excelsa clase del colombiano James Rodríguez bastó para que el Oporto derribase hoy al PSG francés del sueco Zlatan Ibrahimovic y ponga a los portugueses, ya líderes del grupo A, cerca de los octavos de final de la Liga de Campeones.
“El niño Maravilla”, como le conocen en Portugal, otorgó la victoria a los lusos en el minuto 82 después de que su equipo fallase varias claras ocasiones ante el ágil portero italiano Salvatore Sirigu.
Des este modo, el Oporto suma seis puntos, frente a los tres del PSG y el Dinamo de Kiev, que venció al Dinamo de Zagreb (2-0).
Franceses y portugueses disputaron un primer periodo equilibrado en la posesión, aunque muy desigual en las ocasiones de gol.
El irreverente Ibrahimovic tuvo las mejores el PSG hasta el intervalo. Primero un cabezazo desviado a pase del brasileño Nené y después un delicioso taconazo en suspensión que forzó al guardameta Helton a una sufrida estirada, una genialidad que estuvo cerca de convertirse en uno de los mejores tantos de la presente Liga de Campeones.
Aparte de los chispazos de ‘Ibra’, el equipo del italiano Carlo Ancelotti apenas se mostró en el área rival, a pesar de que tenía recursos suficientes para hacerlo -véase Nené y Jérémy Ménez-.
En el lado local, el 4-3-3 de Vítor Pereira resultó intimidador en la primera media hora. Con el internacional portugués Joao Moutinho y el brasileño Fernando Reges como anclas del centro del campo, el Oporto ganó el balón y se ensañó en la banda derecha del holandés Van der Wiel.
El luso Silvestre Varela, a pierna cambiada, desbordó el costado zurdo de los galos y les puso en más de un aprieto. Sin embargo, fue el incansable Moutinho el que olió el gol.
Un remate a quema ropa que se estrelló en la red lateral del italiano Sirigu y un disparo raso en el borde del área que lamió el poste izquierdo del PSG levantaron a la grada de Do Dragao.
Después, los colombianos Jackson Martínez y James Rodríguez dejaron su marca.
El primero, notable en la presión a los centrales, cabeceó por encima un saque de falta de Moutinho y el segundo, que se desempeñó en áreas centrales del ataque, en vez de en los extremos, ejecutó una orquestada contra con un chute raso que sacó Sirigu.
La entrada de los locales en el segundo tiempo recordó a la del primero. Las sucesivas llegadas de los portugueses se materializaron en francas ocasiones. El talentoso James remató cerca del arco antes de que Varela marrase una gran oportunidad.
Moutinho, el pequeño, pero poderoso motor del Oporto, robó el cuero y se lo entregó al extremo portugués que fracasó en su disparo, detenido por las piernas del atento guardameta del PSG. El entrenador Pereira se desgañitó en aspavientos desde la zona técnica.
Los parisinos también rondaron la retaguardia del Oporto, aunque sin asustar. Ancelotti decidió entonces dar cancha al argentino Lavezzi, que tuvo que retirarse a los diez minutos al recaer de sus recientes molestias físicas. Su compatriota Pastores le sustituyó.
Enfrente, el joven de Ghana Atsu ingresó en los locales en sustitución del desafortunado Varela. En su primera irrupción, desbordó por la izquierda y provocó la intervención Sirigu.
En una diagonal que incluyó un auto pase, el propio Atsu lanzó un latigazo que defendió de nuevo el guardián italiano.
Y a la cuarta ocasión de James fue a la vencida. Moutinho centró desde la izquierda, Fernando peinó el balón y el joven colombiano enganchó en carrera un sutil remate con la zurda que se coló por el poste derecho de Sirigu.
