Adolescentes occidentales abandonan a sus familias para viajar a Siria en pro de un sueño inconcebible: casarse con un yihadista. Lo que desconocen las futuras esposas de los “guerreros santos” del Estado Islámico es que acabarán formado parte de un harén y sirviendo de esclavas sexuales.
Un día de abril, Samra Kesinovic, de 17 años, y Sabina Selimovic, de 15, decidieron, sin más, dejar el instituto y abandonar a su familia y amigos en Viena. El plan de las dos adolescentes austriacas consistía en viajar a Raqqa, la capital del Califato Islámico en Siria, y convertirse al islam, cubrirse con un tupido pañuelo negro sus largas melenas rubias y ser concubinas de un yihadista.
Esta aventura adolescente, de rebeldía y pájaros en la cabeza, se ha convertido en un peligroso viaje sin retorno para estás dos chicas, que ahora están embarazadas y probablemente nunca podrán abandonar Siria. Con la misma voluntad y decisión insospechada, dos francesas de origen magrebí, Nora, de 15 años, y Sahra, de 17, abandonaron a sus familias para casarse con un combatiente del autodenominado Estado Islámico. El hermano de la primera, un transportista de Avignon, incluso viajó hasta Siria a través de un territorio devastado por la guerra para encontrarla. Por increíble que parezca, lo consiguió. Pero, cuando se encontraron frente a frente, Nora, descrita por su hermano como una adolescente impresionable a quien fascinaban las películas de Disney, le dijo que no podía regresar.
Resulta difícil comprender cómo estas chicas europeas, a las que les gustaba salir con chicos y vestir con shorts y tops, se han sentido atraídas por un mundo tan retrógrado y ajeno a su cotidianidad. Sin embargo, lo más sorprendente es que no se trata de casos aislados. Estamos ante un fenómeno que se expande por toda Europa, Estados Unidos e incluso Australia.
La historia de las dos adolescentes austríacas ha sido una de las que más eco ha generado en los medios. Samra y Sabina se habían convertido en la viva imagen de la “esposa devota” que todo yihadista del Estado Islámico desearía tener. Sus rostros, completamente velados, y sus cuerpos cubiertos con túnicas negras fueron durante meses la imagen publicitaria del EI para atraer a nuevos combatientes extranjeros y engrosar las filas yihadistas. En su blog, las dos jóvenes reconocieron recientemente que “se equivocaron” y que “no podemos regresar con nuestras familias”.
La historia de Nora el Bathy, la chica francesa de 15 años, es igualmente triste. La adolescente desapareció de su casa a principios de año y partió rumbo a Siria con el sueño de ser la esposa de un “guerrero santo”. Fue su hermano Foad quien descubrió su paradero a través de una cuenta secreta en Facebook donde ella contactaba con jóvenes yihadistas. Viajó en busca de su hermana hasta Raqqa, donde la encontró casada, encerrada en su nuevo hogar y con el cerebro lavado. El hermano de Nora ha explicado en una entrevista que la joven “se golpeaba la cabeza contra la pared y repetía que no podría volver”.
Aunque se desconoce el número exacto de concubinas o esposas extranjeras de combatientes del Estado Islámico, se estima que representan el 10% del total de los yihadistas occidentales que están combatiendo en Siria e Irak.
Las francesas son las novias más devotas. Se estima que unas 63 mujeres galas son yihadistas en la región, lo que representa el 25% del total. Hasta otras 60 estarían esperando el momento oportuno para viajar al Califato Islámico. Desde Reino Unido, otro de los países con uno de los mayores flujos de yihadistas hacia tierras sirias, han partido unas 50 mujeres para apoyar al Estado Islámico, según cálculos de los cuerpos de seguridad. De Alemania habría unas 40 jóvenes y otras 14 de Austria. Por último, seis mujeres españolas, todas mayores de edad, se han unido a la yihad, según datos del Ministerio del Interior.
Detrás de este fenómeno de reclutamiento de mujeres occidentales para servir a la causa del autoproclamado califa Abu Baker al Baghdadi están las redes sociales y, en especial, Twitter, Ask.fm y los blogs de Tumblr. En ellos las adolescentes comparten experiencias de otras chicas casadas con yihadistas, reciben consejos o los aprovechan como portal de citas.
El éxito de la captación de novias yihadistas no habría sido posible sin la contribución de blogs como el de Umm Layz, una yihadista británica: “Diario de una muhajirah (migrante o peregrina)”. Tiene 2.000 seguidores en Twitter. Miles de europeas, futuras novias de “guerreros santos”, lo han visitado para obtener orientación y sus sabios consejos.
Esta alcahueta cibernauta asesora a las jóvenes sobre cómo llegar a Siria o Irak. Explica que deben tomar el itinerario más directo y, sin demorarse ni un solo día, establecer comunicación con los contactos locales tan pronto como lleguen a la frontera de Turquía, que es la ruta más utilizada por los yihadistas que entran ilegalmente al norte de Siria.
El Estado Islámico abre una agencia matrimonial
En ningún momento Umm Layz menciona aspectos tan “islámicos” como la práctica de la lapidación a las adúlteras o los castigos por transgredir los estrictos códigos de vestimenta. Otro de los aspectos sensibles que trata en el blog es cómo enfrentarse a la propia familia cuando llega la hora de anunciar que “ha tomado el camino de Allah”. Umm Layz dice a sus futuras compatriotas que deben ser fuertes y nunca dudar en la decisión de ayudar a la yihad pese a la oposición de sus familias.
Otra bloguera yihadista que utiliza el apodo de “Pájaro del Paraíso” presenta una lista con las diez cuestiones que deberían saber sobre el Estado Islámico, en la que incluye el siguiente privilegio: “No pagamos alquiler. Las casas se dan gratis”. Umm Anwar, otra reclutadora online, subraya que en muchos casos las novias occidentales se enfrentan con el obstáculo de que sus familias no bendicen el enlace con un yihadista. Para ello, el Estado Islámico suele nombrar un tutor que les brinda el permiso.
El Califato incluso ha abierto una “agencia matrimonial” en la ciudad norteña siria de Al Bab, en la provincia de Alepo, para mujeres que buscan casarse con combatientes yihadistas, advierte el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo opositor con sede en Londres.
“Las occidentales son las más devotas”
El papel de las mujeres occidentales que desean ir a Siria a ayudar a “sus hermanos musulmanes no se limita necesariamente a ser esposas y madres”, explica a El Confidencial Bassam Lahoud, de la Universidad Americana Libanesa. “Las occidentales, especialmente, son las más devotas. Se han convertido voluntariamente al islam y quieren servir a la causa, ya sea realizando labores humanitarias como enfermeras, cocineras, o incluso a través del martirio”.
Sin embargo, una vez en Siria se dan cuenta de que la realidad es diferente. “Nunca desarrollan un papel activo en la yihad”, apunta Lahoud. En el Corán, y sobre todo la estricta interpretación del islam que procesa el Estado Islámico, no se contempla el papel de la mujer guerrillera. “Su papel sagrado es dar a luz a los hijos de los muyahidines (guerreros), criarlos y enseñarles para que ellos sigan perpetuando la especie islamista”, insiste el analista libanés.
El Estado Islámico, al igual que Al Qaeda, no otorga un rol especifico a las mujeres en la yihad. Al Baghdadi realizó un llamamiento para que las mujeres acudieran a Siria e Irak, con el objetivo de poblar el Califato Islámico y formar familias. En una entrevista con la revista Times, el investigador Shiraz Maher, de Kings College London, asegura que “los yihadistas suníes nunca han llamado a las mujeres a luchar, vienen al frente para cocinar, limpiar y ofrecer apoyo logístico. Casi todas están casadas con militantes”.
Lo que desconocen las futuras esposas occidentales de los yihadistas es que acabarán formado parte de un harén y sirviendo de esclavas sexuales. Cuando se trata de vejaciones hacia la mujer, el Estado Islámico justifica lo injustificable. Hace días, el grupo defendió el secuestro y la toma de mujeres como esclavas sexuales de las familias de “los infieles” como “un aspecto firmemente establecido por la sharia” (ley islámica). En un artículo publicado en su revista Dabiq, el EI sostiene que las mujeres de la minoría yazidí pueden ser capturadas y convertidas en concubinas de forma legítima.