Foto: ElUniveral.com.co
Hace un año se llevaron a cabo las votaciones del plebiscito en el que el gobierno nacional le preguntó a los ciudadanos lo siguiente ¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?
A pesar de que la pregunta se dirigía a responder si se apoyaban los textos del acuerdo de paz las votaciones del plebiscito se convirtieron en una lucha política entre el presidente Juan Manuel Santos y el senador Álvaro Uribe Vélez, los resultados dejan ver que en Colombia ganó la abstención.
De los 34.899.945 ciudadanos aptos para sufragar solo votaron 13.066.047, lo que significa que más del 60% se abstuvieron de hacerlo.
La falta de interés del elector en conocer a fondo el contenido del texto del acuerdo, la falta de pedagogía para entender el contenido del texto final, la acelerada convocatoria a las urnas, el papel de las iglesias cristianas, la campaña de desinformación de la oposición, el exceso de confianza en las tendencias de las redes sociales, la politización de los acuerdos, la mal llamada “ideología de género”, entre otros, minaron la confianza de los votantes y disminuyeron considerablemente la intención de voto posicionándose por encima del contenido real del texto y afectando los resultados finales.
El estrecho margen con el que el NO se impuso permite ver el poder que aún maneja el senador Uribe. La oposición reiteradamente atacó el proceso con diversos argumentos como por ejemplo la claudicación del Estado al terrorismo, la participación de las Farc en la arena política sin pagar por los crímenes de guerra y de lesa humanidad, el narcotráfico como delito conexo, la amnistía para miembros de la guerrilla, entre otros. Nuevamente los ruidos externos pesaron más que los argumentos contenidos en el Acuerdo Final y el Centro Democrático supo explotarlos de la mejor manera.
Con relación a lo anterior, la incertidumbre sobre el futuro de cara al posconflicto terminó configurando un escenario en el que los ciudadanos prefirieron dejar las cosas como están y dejar que otros decidieran por ellos.
Queda como lección de este plebiscito que a los ciudadanos deben ser actores de decisión y de cambio, un margen tan alto de abstencionismo no tiene precedentes y en un tema como la terminación del conflicto con uno de los actores armados preponderantes en el país es necesario aprender del silencio de los ciudadanos.
Abstenerse no significa simplemente ser apático. La abstención es el resultado de un sistema político estancado donde los gobernantes no representan a los ciudadanos y estos no se relacionan ni con el gobierno nacional ni con las posturas del senador Uribe. Será necesario entonces buscar estrategias para que los ciudadanos que no se sienten representados por las posturas oficiales y la oposición sean escuchados y que en la configuración del nuevo escenario electoral se tenga en cuenta la posición del electorado abstencionista que hace un año demostró ser la mayoría.
Si más del 60% de la fuerza electoral no apoya ni a Uribe ni a Santos ¿a quién apoyan? Por otro lado los reales perdedores en las elecciones del domingo no fueron quienes apoyaban el SI, fueron las víctimas del conflicto armado, quienes confiaron en el Gobierno Nacional y en la ciudadanía y nuevamente se vieron victimizados, esta vez por la falta de apoyo popular. La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas tiene registradas más de 8 millones de víctimas directas ¿Será que ese 60% de colombianos que no votaron no han vivido el conflicto armado de cerca y no se conmueven por lo que viven sus compatriotas?.
Personalmente creo que ese resultado del plebiscito no es más que una radiografía de la política de nuestro país donde los más corruptos monetizan y politizan los temas que son de interés popular volviendo a los electores personas apáticas y desconfiadas de las instituciones. La crisis de la justicia, la corrupción y la crisis de los partidos nos ha hecho dudar de la importancia del voto pero la realidad es que estamos en riesgo de caer en un círculo vicioso en el cuál por falta de confianza en los gobernantes nos abstenemos de votar lo que permite que siempre estén los mismos en el poder.
Que el resultado del plebiscito sea una lección para todos y que nunca olvidemos que el poder de lograr el cambio está en cada uno de nosotros con nuestros votos. Todos estamos cansados de la corrupción, de la falta de justicia, de la inequidad y somos los únicos que podemos lograr que eso cambie votando bien. Mi invitación hoy es a romper con la apatía y centrarnos en la búsqueda de un país donde todos nos veamos representados. Que no sea la abstención la ganadora de las elecciones presidenciales de marzo y que no decidan por usted. Vote, pero vote informado!
Twitter: @Diana_Noguera
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