Una de las grandes conclusiones del foro de Participación Política organizado por Naciones Unidas y la Universidad Nacional, es la intención de varios movimientos sociales de jalonar una Asamblea Constituyente como mecanismo refrendador a los acuerdos de La Habana. A esta iniciativa se han sumado algunos integrantes de la Unidad Nacional.
El salón principal del Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada se llenó de aplausos. El investigador Carlos Medina Gallego leyó, dentro de las propuestas de la sociedad civil para la participación en política de los movimientos de oposición y excombatientes que resulten de las negociaciones de paz de La Habana, la iniciativa de motivar una Asamblea Nacional Constituyente.
En el auditorio estaban presentes delegados de organizaciones campesinas, resguardos indígenas y comunidades afrodescendientes. También los representantes de las minorías sexuales y miembros de colectividades políticas que, en medio del juego electoral, luchan por conseguir el umbral.
La Constituyente ha sido la bandera de la guerrilla de las Farc desde el inicio de los diálogos. En reiteradas ocasiones, los voceros de la insurgencia han señalado que ese debe ser el mecanismo por el cual se refrenden los consensos a los que lleguen las partes.
Para Iván Márquez, la idea inspirada por el fundador, ‘Jacobo Arenas’, es que ésta se convoque por sectores que elijan directamente a sus representantes. ¿“Nos dicen que debemos discutir todo en democracia, sin armas, y cual democracia”, dijo el jefe negociador de las Farc en días pasado a Confidencial Colombia desde La Habana.
La iniciativa también ha sido abordada, desde la otra esquina, por los representantes de la derecha política. Senadores cercanos al expresidente Uribe tramitaron un proyecto de ley para convocar a una Constituyente, iniciativa que se cayó en el legislativo. Sin embargo, confluyen con las Farc en la necesidad de convocar al país para hacer una nueva carta política.
A la insurgencia y al uribismo parecen haberse sumado varios movimientos minoritarios. “Apuesto a que ganamos esa batalla, y que los acuerdos de La Habana se van a refrendar a través de ese mecanismo”, dijo a este periódico digital un representante del movimiento Marcha Patriótica. Esta naciente colectividad ha insistido también en la necesidad de la Constituyente.
La labor regional de la Marcha, con una evidente base social en varias zonas del país, ha motivado a que sectores campesinos se vinculen con la propuesta. Cesar Jerez, presidente de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, mostró su interés en establecer el mecanismo durante su intervención en el foro.
Según asistentes al foro, varias minorías también se habrían sumado a la iniciativa. Incluso colectividades políticas que hacen parte de la Unidad Nacional, como el partido Verde, el Mira y el PIN, han respaldado la propuesta de una Asamblea Constituyente.
El respaldo durante la actividad fue tan grande que la discusión sobre los mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes temas y diversos temas giró básicamente en torno a la Constituyente. La propuesta de un referendo para refrendar los acuerdos prácticamente no se discutió durante la actividad.
Según el relator de las Naciones Unidas y de la Universidad Nacional, ese mecanismo de participación se analizó desde dos perspectivas. La primera, como la “expresión máxima de la participación democrática y la posibilidad de avanzar hacia la profundización de la democracia en nuestro país”.
La segunda, mucho más discutida, fue la de la posibilidad de que sea a través de este mecanismo que se refrenden los acuerdos de La Habana. “Incluso se avanzó en el contenido de la eventual constituyente, que giraría en torno al establecimiento de más derechos fundamentales, fortalecer la participación, reafirmar derechos de minorías, reconfiguración del territorio, formas de gobierno, etc”.
Las preocupaciones no estuvieron ausentes del debate. Los representantes de la sociedad civil expresaron su temor porque una nueva carta política restrinja sus derechos, sobretodo porque grupos de derecha del país estarían, al igual que ellos, jalonando la iniciativa.
A pesar de los obstáculos que pueda tener el trámite y la conformación de los constituyentes, ese mecanismo toma forma real como la alternativa para refrendar el proceso de paz. El Presidente y los partidos fuertes de la Unidad Nacional siguen pensando en un referendo, pero la presión popular podría hacerlos cambiar de opinión.