Las aguas del Océano Pacífico colombiano vuelven a ser el escenario de una lucha titánica contra la enfermedad. El barco hospital San Raffaele vuelve a zarpar después de dos años de inactividad para atender a más de 2000 personas que requieren de su labor médica.
Este viernes 30 de enero a las diez de la noche zarpará desde Buenaventura el barco hospital equipado para atender a la población de la región más olvidada del país. Su labor titánica ha sido un referente para la vida las poblaciones de los puertos sobre el Océano Pacífico, las bocas de los ríos de esa cuenca y de los manglares costeros.
Esta nueva travesía lo llevará desde Buenaventura hasta Puerto Merizalde, en el río Naya. Con ella se busca atender a cerca de 2000 personas de la región en la que la oferta de servicios básicos es inadecuada y mínima.
Este proyecto de la Asociación Italiana para la Solidaridad de lo Pueblos, que en Colombia se llama fundación Monte Tabor, logró consolidarse en 2009. En ese momento, el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez y su ministro de la Protección Social, Diego Palacio, se comprometieron a apoyar la operación del barco, buscando una figura que permitiera que este trabajara dentro de la Red de Salud del Pacífico trabajando con las ESE y hospitales de la región.
Sin embargo, ningún miembro de ese gobierno se hizo presente o se manifestó. La asociación italiana que impulsó el proyecto entregó 4600 millones de pesos que garantizaron el funcionamiento del barco durante dos años. Con ese dinero se financiaba cada travesía, que cuesta en promedio 150 millones de pesos.
El problema vino cuando después de dos años de ausencia estatal el sacerdote Luigi María Verze le envío una carta al gobierno del presidente Juan Manuel Santos anunciando que de ahí en adelante la responsabilidad sobre el barco era del estado. La carta no obtuvo una respuesta satisfactoria.
El barco fue contratado por algunas EPS y hospitales de la zona pero el incumplimiento en los pagos llevó a que quedara abandonado a su suerte durante dos años. Las averías derivadas de esa situación tuvieron un costo de cerca de 130 millones de pesos.
Finalmente, el gobierno del presidente Santos entregó 500 millones de pesos con los cuales se repararon esas averías y el barco zarpa nuevamente a cumplir su misión y espera atender a 2000 personas en citas de medicina general, odontología, obstetricia, ginecología, cirugías de nivel I y II y servicios de laboratorio. Para ello el barco cuenta con 1 pediatra, 1 médico internista de la Universidad del Cauca, 1 ginecobstetra, 1 cirujano general, 1 anestesiólogo, 5 enfermeros, 3 médicos generales, 1 odontólogo, 1 regente de farmacia, 1 etnoeducador, 2 auxiliares y 6 tripulantes.
La labor del barco hospital es vital en una zona en la que hay un médico por cada 15 mil habitantes y en la que el hospital de mayor nivel solo da ocho fichas diarias para citas médicas mientras que el San Raffaele puede atender a 200 pacientes diarios.
De esta manera la esperanza que ha sembrado la misión de este barco por el Pacífico colombiano vuelve a crecer y la atención de la población más pobre y vulnerable del país vuelve a ser una realidad.