Una anciana ha “destrozado” una pintura tras decidir “por su cuenta y riesgo” restaurar la obra, que dejó irreconocible, por lo que ahora el ayuntamiento recurrirá a expertos para intentar darle un arreglo.
La pintura está en uno de los muros del Santuario de Misericordia de la localidad de Borja (Zaragoza), cuyo concejal de Cultura, Juan María Ojeda, señaló hoy a EFE que ve “muy difícil” que se pueda recuperar, pues la obra se encontraba ya “muy deteriorada”, al ser un óleo pintado sobre una pared sin tratar.
La persona que realizó la intervención sobre la pintura es una mujer muy mayor, “con una vida difícil”, con un hijo discapacitado de 60 años a su cargo y que, con la mejor intención entró en la iglesia y decidió “por su cuenta y riesgo” reparar la obra, explicó Ojeda.
En un intento por reparar la pintura del artista Elías García Martínez, un equipo de restauradores profesionales examinará, la semana que viene, los destrozos causados y está previsto que la anciana colabore con ellos para explicarles el material que usó.
El intento de restauración emprendido por la anciana fue dado a conocer por el Centro de Estudios Borjanos, que en su blog mostró fotografías del antes y del después de la pintura, y expresó su “profundo pesar”.
“Ignoramos si este incalificable hecho tiene solución, pero de lo que no cabe la menor duda es de que alguien deberá adoptar lasmedidas precisas para que no se repitan actuaciones como esta, que al margen de sus motivaciones, deben ser contundentemente reprobadas”, señaló el centro.
El Ayuntamiento de Borja no ha descartado la posibilidad de emprender acciones legales contra la anciana, señaló el concejal, aunque se trata de una obra no catalogada y la situación es “delicada”.
Con toda la información y con el asesoramiento de profesionales, el Ayuntamiento decidirá si tiene la obligación de emprender acciones legales, reconoció Ojeda.
Lo que no se puede es dar una imagen de impunidad por parte del consistorio, ha insistido, porque “independientemente del valor de la obra” el hecho es que una persona ha entrado en una iglesia y ha actuado si permiso y eso es “una agresión al patrimonio artístico”.
La familia del autor, una de cuya nietas veranea en Borja, exigió firmeza a la hora de reparar el daño causado y el concejal de Cultura afirmó que la colaboración con ellos es “absoluta”.