En el Estadio Nacional de Santiago se jugará la final de la Copa América 2015. Confidencial Colombia dialogó en exclusiva con Wally Kunstmann, presidenta de la Corporación Memoria Estadio Nacional, sobre el pasado oscuro del escenario, al ser utilizado como campo de concentración, en tiempos de la dictadura militar.
En el Estadio Nacional de Santiago se han jugado 11 finales de Copa Libertadores, una final de un Mundial y este sábado se jugará una cuarta final de Copa América.
En noviembre de 1973, cuando recién había sido asesinado el presidente Salvador Allende Gossens y Chile vivía el horror de la represión militar, delegados de la FIFA visitaron el Estadio Nacional como parte de una inspección previa a un partido amistoso.
En dicha visita percibieron que algo no deportivo se manejaba en intramuros y camerinos. Según Wally Kunstmann, presidenta de la Corporación Memoria Estadio Nacional, dichos delegados fueron cómplices de las violaciones allí perpetradas y después denunciadas por la Cruz Roja Internacional, al no divulgarlo en un informe.
La corporación presidida por la señora Kunstmann, administra y protege los siete recintos de la edificación, declarados por el Estado chileno como monumento histórico.
Coliseo, court central, velódromo, piscina, camarines, pasillos y escotillas, fueron cárceles de mujeres, niños, extranjeros, periodistas, dirigentes sindicales, simpatizantes de otros partidos, universitarios, empleados públicos, trabajadores de las industrias intervenidas y también militares que no apoyaron el Golpe de Estado que desembocó en la “Toma de la Moneda” y causó la muerte del presidente Salvador Allende Gossens.
CC: Señora Kunstmann, a partir de 2003 cuando el Gobierno declara al Estadio Nacional como monumento histórico; ¿qué ha pasado con el colectivo de ex presas y presos políticos?
WK: Nosotros trabajamos mucho para que esto ocurriera y cuando se hace realidad empezamos a proyectarnos sobre qué actividades realizar dentro del estadio. En ese contexto elegimos algunos de los recintos para organizar un circuito de la memoria. Qué quiere decir esto, un recorrido por varios lugares donde se realizaron violaciones de los Derechos Humanos.
CC: En esa galería fotográfica que está en su página http://www.estadionacionalmemorianacional.cl/ se puede observar que esos lugares están separados de lo que es el escenario deportivo como tal, es correcto?
WK: El Ministerio de Educación, de quien dependen los Monumentos Nacionales, al declarar al estadio monumento histórico le brinda una protección especial. Esos lugares no los pueden demoler o modificar. Entonces desde esa premisa, nosotros hemos trabajado creando información en diferentes recintos y lógicamente hasta ahora, con los escasos recursos que nosotros manejamos, solo hemos podido hacer intervenciones en el lugar al que te refieres -donde está la galería fotográfica-, y un pedazo de gradería original que está iluminado. Si bien es cierto el Estado protege estos sitios para su conservación, no nos aporta para trabajar en ellos, no tenemos financiamiento y tenemos que hacerlo por autogestión.
CC: Mucho se ha escrito sobre lo ocurrido, pero no puedo dejar de preguntarle por su experiencia como presa política. ¿Por qué la junta militar utilizó un escenario tan grande y tan visible, para retener, torturar y asesinar?
WK: Ese 11 de septiembre, todas las Fuerzas Armadas detuvieron a miles de chilenos, chilenas y también extranjeros en los que se cuentan ciudadanos colombianos que fueron llevamos como prisioneros a distintas partes, incluso algunos fueron detenidos en sus lugares de trabajo. En las comisarias de los Carabineros, en las escuelas, en casas privadas. Chile entero se transformó en terrorismo de estado. En el caso particular de Santiago, los hospitales y las comisarias estaban llenos de prisioneros y eso impedía ejecutar lo planeado. Entonces se les ocurrió (militares) tener una prisión grande y todas las características que ellos necesitaban las tenía el Estadio Nacional.
Si tú conoces el lugar, recordarás que desde afuera no se ve nada para adentro, era la cárcel perfecta. Los familiares, los periodistas no podían saber qué pasaba adentro. Los prisioneros estaban encerrados en los camerines, los pasillos del segundo piso, en el coliseo. Había miles de miles de prisioneros y eso no se veía desde afuera. Fue visible cuando llegaron la Cruz Roja Internacional y reporteros gráficos y se pudo denunciar que el estadio era una cárcel, en las fotos se ven prisioneros en la graderías sentados en las bancas, esas fotografías denunciaron ante el mundo que el Estadio Nacional era un campo de concentración.
C.C. Es extraño que hayan permitido el ingreso de cámaras fotográficas en ese momento. Desde ese día que empezaron a ingresar personas por las escotillas, ¿hasta cuándo se despejó el estadio y cuándo fue ocupado de nuevo por los militares?
WK: Las fotografías tomadas dentro, las lograron reporteros extranjeros que acompañaban a la Cruz Roja Internacional y a personeros de Naciones Unidas. Lógicamente que aquellos (militares) tenían que dar una imagen de amplitud, de “democracia” y tuvieron que dejarlos entrar. Pero también hay otras fotografías muy delatoras de las torturas y fueron tomadas desde afuera por periodistas alemanes y un holandés que se subieron a los techos de edificios que circundan el estadio y pudieron fotografiar de larga distancia.
Estas fotos, mostraban la crueldad que se estaba viviendo dentro del recinto. Ningún reportero gráfico chileno pudo entrar. Fueron casi tres meses que funcionó ese campo de concentración abierto porque la FIFA vino a inspeccionar el estadio en la previa de un partido donde la Selección Chile se jugaba de local su paso a la Copa del Mundo contra la Unión Soviética. La FIFA supuestamente no vio nada porque tenían a los prisioneros encerrados en los camerinos y ellos entraron directamente a la cancha. Pero la FIFA sabía lo que estaba pasando, o sea que fueron cómplices cuando dieron su informe.
CC: Finalmente la Selección Soviética no viajó a Santiago a jugar ese partido y Chile clasificó al Mundial de Alemania 74 en medio de semejante tragedia. Señora Kutsman, ¿cuánto tiempo estuvo usted detenida?
WK: Yo soy presidenta de esta organización de prisioneras y prisioneros desde hace bastante tiempo, dirijo ‘Estadio Nacional Memoria Nacional’ pero yo estuve prisionera en otros lugares, en la Correccional de Mujeres en ese tiempo y posteriormente me mandaron a otra cárcel al sur de Chile a una ciudad que se llama Osorno, en total estuve seis meses detenida.
CC: En el Estadio Nacional hubo un gran número de mujeres detenidas, en total la cifra de 40 mil personas que pasaron por allí se acerca a la realidad?
WK: Hubo allí más de mil doscientas mujeres detenidas entre chilenas y extranjeras. La Cruz Roja Internacional vino como 20 o 25 días después de que Estadio Nacional se convirtiera en campo de concentración. A la Cruz Roja le mostraron ciertos sectores donde habían prisioneros, no les mostraron todos, y ellos por lo que vieron calcularon 20 mil prisioneros. Pero ellos se fueron y el estadio siguió recibiendo más presos. Cada día llegaban camiones cargados de personas, día y noche. Entonces, según personas que estuvieron dentro, se calcula que en total pasaron cerca de 40 mil personas.
CC: De esas 40 mil personas que pudieron entrar prisioneras, se habla de 3 mil desaparecidos, ¿esas personas nunca salieron del lugar?
WK: No, las 4 mil y tantas personas desaparecidas no son todas del Estadio Nacional, son de diferentes lugares. La verdad es que la cifra exacta de detenidos y desaparecidos del estadio nosotros no la conocemos. Hasta hace unos años sabíamos de dos prisioneros que habían sido ejecutados porque se encontraron sus cadáveres. Eran dos norteamericanos: Charles Horman y Frank Teruggi, de Horman hicieron una película que se llama Missing. Estos eran los antecedentes que teníamos, pero no hace más de un mes que me informaron en el Ministerio del Interior que habían aparecido más nombres de detenidos desaparecidos del estadio.
Ahora, por qué no tenemos la cantidad de desparecidos del estadio, es porque todas las noches llegaban camiones de la Fuerza Aérea de Chile y camiones de un empresa privada que se llamaba “Transportes Progreso” que retiraban los cadáveres y esos cadáveres ellos los botaban en el Río Mapocho o en los cráteres de los volcanes después subirlos en aviones. Por eso la cifra de asesinados en el Estadio Nacional no la conocemos, carecemos de esa información hasta este momento.
CC: Hay personas que se oponen a que el Estadio Nacional siga funcionando como escenario deportivo?
WK: No, nosotros hemos tenido siempre una mirada muy amplia, el Estadio Nacional fue hecho para el deporte, la gente del deporte no tiene culpa de lo que hicieron los militares, la gente del deporte no tiene culpa de lo que hizo el dictador Pinochet y todos los esbirros que lo siguieron. Nosotros pensamos que dentro del Estadio Nacional hay otra historia y esa historia tiene que conocerse. No se puede esconder, no se puede negar. Debe quedar como un precedente para estas nuevas generaciones nuestras que tienen que conocer lo que pasó ahí y quede una conciencia de los crímenes que se cometieron.
Nosotros nos alegramos de los triunfos de nuestra selección, de nuestro país. Yo soy una señora bien vieja y me encanta el fútbol y tengo mi corazoncito con un equipo. Sólo hemos exigido hasta ahora que el Estadio Nacional tiene que contar la historia y esa historia la debemos contar nosotros, los ex prisioneros políticos que vivimos esa terrible época. Queremos dejar un legado para que cosas tan horribles no vuelvan a suceder en nuestra patria.