Después de que el pasado mes de noviembre se anunciara la Alianza Verde, con los progresistas y el Partido Verde como principales actores, el panorama el día de hoy es bastante preocupante para quienes le han apostado a una iniciativa que se sale de los moldes partidistas tradicionales. Dos hechos sucedidos este lunes muestran las profundas fracturas entre ambas facciones.
En la mañana de este lunes 3 de febrero, en la votación para Presidente del Concejo, la bancada de la Alianza Verde demostró una división que poco a poco puede ir creciendo. La facción del partido verde votó por el Concejal Liberal Miguel Uribe Turbay, punta de lanza de la oposición al alcalde Petro en el cabildo distrital e hijo del coordinador del Centro Democrático para Bogotá, por su parte la facción progresista votó en blanco, con lo que quedó en evidencia la disparidad de criterios.
Como posible consecuencia de lo anterior se podría entender la renuncia del Secretario de Ambiente Distrital, Néstor García Buitrago, cuota del Partido Verde en la administración del alcalde Petro. Fuentes cercanas a Confidencial Colombia afirmaron que la dimisión de García obedecería a la ruptura interna de la Alianza.
Esos dos hechos comenzaron a anunciar una disputa interna que ha ido creciendo al interior de la Alianza que tiene como manzana de la discordia a Enrique Peñalosa, precandidato presidencial de esa iniciativa política.
En un trino publicado esta mañana, el candidato a la Cámara de Representantes por Bogotá, Inti Asprilla, hijo del exsecretario de gobierno Guillermo Asprilla, anunció que “Peñalosa tiene todo el derecho a aspirar y puede hacerlo, pero me opongo a que sea con voto de Progresistas. No debe haber consulta”.
En las declaraciones en su cuenta de Twitter, Asprilla, una de las cartas más fuertes del progresismo para las próximas elecciones legislativas, deja ver la posición del círculo más petrista dentro de la Alianza. Una posición a la que se oponen los miembros del Partido Verde que, debido a las dos encuestas publicadas en este comienzo de semana, tienen en Peñalosa la única opción real para las próximas elecciones presidenciales.
El descontento del sector progresista responde a dos razones claras. En primer lugar una posible proyección de Peñalosa en la disputa electoral con el Presidente Juan Manuel Santos, el candidato con mayor favorabilidad en las encuestas actuales, eclipsaría dentro de la Alianza a Gustavo Petro, que con su alcaldía es la figura de mayor peso de la actualidad en esa colectividad. En segundo lugar, el progresismo necesita los votos del Partido Verde más de lo que estos necesitan el voto de los progresistas para alcanzar el umbral que exigen las elecciones de este año.
Además, las dos alianzas realizadas por Enrique Peñalosa con el uribismo son un mal precedente en aras de cimentar una confianza al interior de la Alianza. Sin embargo, Peñalosa no ha sido el único del Partido Verde en acercarse a Uribe. El excandidato presidencial y exalcalde de Bogotá; Antanas Mockus al final de la campaña presidencial de 2010 le aseguró a Álvaro Uribe que él podría cuidarle sus tres “huevitos”, en un claro guiño hacia la continuidad del proyecto uribista. Lo anterior es algo que claramente rechazan los progresistas representados por el alcalde Petro, que durante su periodo como Senador fue el abanderado de las denuncias contra la parapolítica y su relación con el poder.
La discusión, que se estaba dando al interior de ambas colectividades políticas, se trasladó a Twitter, en donde un cruce de trinos entre la candidata al Senado, Claudia López y el alcalde Gustavo Petro dejó ver el tono en el que se están dando ese tipo de discusiones. A este trino de López “@petrogustavo a duras penas puede gobernar Bogotá, mejor q NO trate de gobernar al tiempo la @alianzaverde_co, no les parece?”, respondió el mismo Petro “@CLOPEZanalista no me interesa manejar ningún partido. No pertenezco a ningún partido político.”
Así las cosas, la fractura al interior de la Alianza Verde es una realidad que cada vez se hace más palpable y que de no ser intervenida a tiempo por quienes idearon la unión puede llevar a que la imagen de independencia del Partido Verde se desdibuje y a que el futuro político de los progresistas peligre por cuenta del umbral a superar.