La ciudad de Nueva York comienza este jueves un lento retorno a la normalidad tras el destructor paso de la tormenta “Sandy”, mientras que el frío hace aún más difícil la situación de los que no tienen electricidad ni calefacción.
La recuperación parcial del servicio de autobuses ha permitido a mucha gente acudir al trabajo. También vuelven a funcionar los transbordadores que unen las islas de la ciudad entre sí y con el vecino Nueva Jersey.
Los que estaban menos lejos se desplazan a pie, pero otros optaron por el automóvil y hay importantes atascos. “Nunca he visto tanta gente andando por estas calles ni los autobuses tan llenos”, señalaba esta mañana a Efe John Roberts, un neoyorquino que se dirigía a su oficina de la zona de Midtown.
Además, la reapertura de puentes y algunos túneles ha facilitado que los camiones de reparto lleguen a los supermercados y tiendas, donde los productos de primera necesidad habían desaparecido de las estanterías el pasado fin de semana.
Los aeropuertos J.F. Kennedy y Newark (Nueva Jersey) tienen previsto abrir hoy, aunque de forma limitada, pero el de Laguardia sigue con sus pistas anegadas por el agua de la bahía del norte de Long Island.
La bolsa y los mercados financieros reanudaron sus operaciones tras un parón dedos días, con el alcalde Michael Bloomberg haciendo sonar la campana del 11 de Wall Street como símbolo de que la ciudad vuelve a los negocios.
Algunos grandes museos, como el Metropolitano, y las sedes de las principales empresas también reabrieron hoy sus puertas.
Sin embargo, millones de personas siguen sin electricidad ni teléfono en la zona metropolitana, entre ellas casi 300.000 en la zona sur de la isla de Manhattan.
Las temperaturas bajaron notablemente la pasada noche, y hoy habrá mínimas de hasta 5 grados en algunas zonas, lo que hace aún más difícil la vida para los que no tienen luz ni calefacción.
Las escuelas siguen cerradas, al igual que el metro, la auténtica arteria vital de la ciudad y sus alrededores, mientras se bombea agua de sus túneles inundados.
No obstante, la empresa de transporte público (MTA) ha anunciado que tanto el metro como los trenes de cercanías comenzarán a funcionar mañana, pero de forma limitada.
Otros tres túneles para el tránsito rodado que comunican Manhattan con el exterior siguen cerrados.
Mientras, trabajadores de las empresas de servicios intentan restablecer el teléfono y la electricidad en toda la región, y además trabajan en la limpieza de escombros, retirada de árboles e incluso de barcos de recreo que entraron en tierra empujados por la inundación.