El presidente Juan Manuel Santos anunció que será presentada este año al Congreso y que además habrá un recorte de 6 billones de pesos en gastos de funcionamiento de la Nación e inversión pública. Calcula que la inflación estará cercana al 8 por ciento en 2016. El mandatario está preocupado por señales adversas en la economía y disminución de ingresos a la nación. Vienen más impuestos.
El presidente Juan Manuel Santos quedó muy preocupado la semana anterior con la decisión de la calificadora internacional de riesgos Standars and Poor´s de rebajar de estable a negativa la perspectiva crediticia de Colombia. Eso es, ni más ni menos, que la antesala a una baja en la nota soberana del país que está en “BBB” desde abril de 2013.
El campanazo de alerta, que entre otras cosas venía acompañado de recomendaciones como la de agilizar la presentación de una reforma tributaria estructural al Congreso antes de finalizar el año, fue tomado muy en serio por el Presidente Santos. Y voces en igual sentido han llegado de otros sectores como la OCDE, la academia, inversionistas y de analistas internacionales.
El mandatario tomó la decisión de no dilatar más la presentación al Congreso, para su aprobación, de la reforma. Y tendrá en cuenta casi en su totalidad las recomendaciones de la comisión de expertos que durante más de un año estuvo analizando el tema.
En materia de impuestos Santos sostiene que en Colombia hay muchos que pagan muy poco y pocos que pagan mucho. Y esto se va a reflejar en las decisiones que se incluyan en el proyecto que llegará al legislativo en los próximos días. Algunos temas como el aumento del IVA, el cobro del impuesto de renta a partir de un salario de un millón 500 mil pesos, aumento al impuesto del consumo en restaurantes y en servicios como la telefonía celular, entre otros, quedarían incluidos en la iniciativa.
Medidas poco populares pero que, según el Presidente, son necesarias porque este años la nación no recibirá un solo peso por concepto de ingresos del sector petrolero cuando en 2013 esos pagos representaron el 20 por ciento del total de ingresos al presupuesto de la Nación.
Lo que Santos pretende, según dijo en entrevista con la W Radio, es “un equilibrio entre el crecimiento económico que permita mantener el nivel actual de empleos y una reforma tributaria que aumente los ingresos en época de crisis”.
“Y el Gobierno busca poner el ejemplo para que los colombianos entiendan que estamos en tiempos de austeridad”. Y para ello se ajustará el cinturón y recortará en 6 billones de pesos el nivel de gastos de funcionamientos del Estado y de inversión pública. Y eso responde a la alerta por el aumento de la inflación que podría estar entre el 7 y el 8 por ciento según los cálculos más conservadores y hasta en el 9 por ciento según sectores de la oposición política.
El panorama se complica para el Gobierno porque los precios internacionales del petróleo siguen en un promedio de 30 dólares por barril, el precio del dólar sigue por encima de los 3 mil 330 pesos, la inversión extranjera sigue estancada y el empleo informal continúa aumentando. Además está próximo a expirar el impuesto del 4 por mil del que el Estado obtenía parte de los ingresos necesarios para cubrir gastos de la Nación.
Los empresarios e industriales están interesados en que Santos saque adelante la reforma para aliviarles la carga tributaria. Entre las medidas se estudia la posibilidad de fusionar el impuesto del CREE y renta en un impuesto único del 30 al 35 por ciento y la eliminación del impuesto a la riqueza.
Las centrales obreras no están de acuerdo con las medidas que pretende promover el Gobierno a través de la Reforma Tributaria y por ello preparan una jornada de protesta nacional para el próximo 17 de marzo.
Hay quienes plantean que la Reforma Tributaria podría ser el talón de Aquiles para el Presidente Santos en caso de la firma de un eventual acuerdo de paz porque pondría en riesgo la aprobación en las urnas del Plebiscito por la paz en un momento de poca popularidad para el mandatario.