Ya se cumplieron 63 años del ataque guerrillero al cuartel Moncada que dio inicio a la Revolución Cubana, acontecimiento que para muchos fue el inicio de seis duras décadas de fiasco político y económico de Latinoamérica. Los revolucionarios derrocaron una dictadura para instalar otra. La historia tiene en su lista miles de muertes y una masiva emigración que dividió a la mayoría de familias cubanas. Odiados por unos y amados por otros, los Castro, en cabeza de Fidel, marcaron la memoria del mundo por reivindicar el sentido de orgullo e identidad en América Latina, pero también por todo lo que implicó la dureza de su socialismo.
Influenciados por las corrientes comunistas y marxistas-leninistas del momento y con el objetivo de acabar con el imperialismo y exaltar el nacionalismo cubano, Fidel y Raúl Castro, acompañado de Ernesto ‘Ché’ Guevara, promovieron la insurrección popular que dio paso a la Revolución.
“El hombre nuevo liberado de los bienes materiales”:
Fidel Castro estuvo omnipresente en la vida de los cubanos desde que derrocara a Fulgencio Batista en 1958. Para el año siguiente, la Revolución cubana asumió el poder y eliminó el modelo capitalista que había imperado en la isla por casi 57 años. Para aplicar lo anterior, se dio paso a la ‘Ofensiva Revolucionaria’ con el cierre de más de 58.000 negocios privados entre bares, pequeños almacenes, puestos ambulantes, entre otros.
“¿Vamos a construir el socialismo o vamos a construir puestos de venta al aire libre? No hicimos aquí una Revolución para establecer el derecho a comerciar. Esta revolución tuvo lugar en 1789 y aquella fue la era de la revolución burguesa, de los comerciantes, de los burgueses”. Fue el argumento de Fidel, aplaudido por el pueblo.
Junto al ‘Ché’ Guevara, Fidel construyó el ideal de acabar con el dinero como valor de cambio e incentivo material. Sin embargo, aunque Castro lucharía por eso incluso para mantener viva la memoria del argentino, a quien asesinaron en 1967, la crisis económica llegó y no hubo otra opción que despenalizar la tenencia y circulación del dólar.
Lo cierto, es que para poder lograr la salida de Batista, ser Presidente por 32 años, haberse mantenido en el poder por 47 años y luchar por la eliminación de ese modelo capitalista, tuvieron que pasar muchas personas al paredón que hoy hacen parte de la lista de muertos por la revolución, además de la cantidad de cubanos que se vieron obligados a salir del país, dejando a sus familias en la isla, por la crisis económica.
Las cifras:
7.993 muertes fueron registradas durante los años del régimen provocadas en su mayoría por el Estado Castrista, en las que se incluyen 5.775 ejecuciones entre 1959 y 2006, de acuerdo con la organización internacional defensora de los derechos humanos Cuba Archive, apoyado por disidentes cubanos en Washington.
El total de muertes es producto de 1.234 ejecuciones extrajudiciales, 984 homicidios provocados. Sin embargo, hay una suma incierta de desaparecidos y no se cuentan aproximadamente 16 presos que murieron por huelga de hambre y 299 por negligencia médica en las prisiones cubanas.
144 suicidios por causas políticas, 50 muertes no intencionales en prisión y 8 por ataques terroristas. Finalmente, el informe registra 964 muertes de cubanos en intentos por salir del país, ahogados, desaparecidos o deshidratados.
Cuba Archive informa que durante el régimen de Fulgencio Batista, 1553 personas habían muerto por motivos que comprenden asesinatos y desapariciones en acciones contra el Estado y muertes en combate.
Los exiliados:
Más de 2 millones de personas abandonaron la isla desde 1959, lo que corresponde al 20 % de la población. De ese total, 95 mil desde enero de 2013, sin contar a los que se lanzan al mar en balsas rudimentarias y en los últimos 6 años, como promedio, 39 mil personas se marchan de manera definitiva.
Algunos de los exilios fueron autorizados por el régimen en tres oportunidades: Camarioca 1965, Mariel 1980 y la ola de balseros en agosto de 1994.
Los presos políticos:
Como lo registra Amnistía Internacional, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional documentó entre 2015 y 2016 más de 8.600 detenciones, por motivos políticos, de opositores del gobierno y activistas.
“Según Granma, el periódico oficial del Partido Comunista, antes de la visita del Papa Francisco en septiembre, las autoridades anunciaron que liberarían a 3.522 presos. Sin embargo, antes de la visita hubo activistas de derechos humanos y periodistas que denunciaron un aumento significativo de los arrestos y de los periodos breves de detención.
Sólo en septiembre se registraron 882 detenciones arbitrarias, entre ellas las de tres activistas que al parecer se acercaron al Papa para hablar de temas relativos a los derechos humanos.
Las simpatizantes e integrantes de las Damas de Blanco, un grupo de mujeres que pedía la liberación de presos políticos y un aumento de las libertades, eran arrestadas y detenidas durante periodos de hasta 30 horas. Lo mismo sucedía con los miembros de la Unión Patriótica de Cuba, un grupo disidente. La finalidad de estas detenciones era impedir a los activistas acudir a las marchas que llevaban a cabo los domingos y evitar que protestaran”.