La magia del Jamming Festival

Un evento tan “delicioso como el dulce de leche” entonado por los ‘Decadentes’, sabroso mapuche de Los Andes cantado a varias lenguas y el obsequio mágico del reggae para los amantes del género.

Un artículo de Nicolás Vallejo para Vice Colombia que reseña lo sucedido en el Etéreo Picnic de este año, menciona que el calibre de un concierto de gran magnitud es directamente proporcional al de su servicio de baños, pues ahí se refleja el trato a los asistentes.

En el Jamming Festival 2014 hubo buen número de cabinas con retretes portátiles (algunas de ellas con un olor a cannabis condensado en su interior) y aunque no fue masiva la asistencia, el evento definitivamente logró descrestar al público pues la calidad de los artistas invitados y su conexión con el público fue genuina y recíproca.

Durante dos días el reggae, el dancehall y el folclor tuvieron su merecido lugar, acompañado de charlas educativas, cómodas hamacas y por supuesto, comida y cerveza, no muy costosa, pero a montones (además de blancas nubes de marihuana).

Al lugar asistieron personas de todos los colores, estilos, de cabello tejido hasta los talones; mujeres guapas, lindas, felices y se hizo presente un particular sentir de que todos eran buenos amigos. En palabras de los míticos Auténticos Decadentes tras su memorable presentación: “que bonito ver a viejas y nuevas generaciones disfrutar del reggae”.

La producción fue casi que impecable, esa tremenda tarima giratoria dio un éxito rotundo ya que no había que esperar largo tiempo entre cada artista y el sonido retumbaba hasta los huesos. En efecto, no hay nada mejor que sentir el pedal y el bombo de una batería combinado con el bajo como el palpitar de un corazón.

El público se dejó llevar por las caderas de Lady Saw, incomparables ante el rompe-cintura de Totó la Momposina y sus bullerengues. Los veteranos: Israel Vibration y Turbulence hicieron gran eco, así como también talentos nacionales como Bomba Estéreo y Zona Ganjah. El mapuche Quique Neira y su poesía hecha melodía fue de desmayo, no obstante su reiterado sermón del autocultivo de cannabis provocó ronquidos. Asimismo hubo quejas por la ingeniería prestada a Anthony B, quien ofreció un show para muchos mediocre y eso que tuvo en las percusiones a Javier Fonseca, vocalista de Alerta Kamarada. También se dio incertidumbre por la puntualidad del itinerario el sábado, la inutilidad de un muro para escalar patrocinado por Totto y los horarios de los buses de devuelta a Bogotá.

En todo caso, este Jamming develó magia y cumplió con las expectativas, especialmente cuando abrebocas para próximos eventos como los efectuados por Seeed, los alemanes de traje y corbata, se dan con tanta fuerza y solidez. De hecho el megabanda de Berlín es quías la favorita del festival, luego de reverendo espectáculo que brindaron.

Al final, en la madrugada de este lunes, cuando finalizaba el festejo, se profesaba un misticismo mezclado con pleitesía y agradecimiento por la culminación exitosa (en términos de experiencia al público) del evento, pues fue un magnifico regalo para iniciar la mitad del año.