La mala hora de la política tradicional

Desde que el pasado mes de agosto se presentara el Paro Campesino, muchos sectores organizados alrededor del descontento con las políticas económicas del país empezaron a cobrar mayor relevancia. El peso que lograron esas manifestaciones de descontento se está dejando sentir en las campañas al Congreso que se están adelantando en el país.

Por lo general los políticos colombianos y las grandes maquinarias tienen asegurado su propio caudal electoral y están revestidos de un “teflón” que hace que a pesar de tomar algunas decisiones impopulares, su posibilidad de seguir vivos políticamente sea una realidad perdurable.

Sin embargo, hay momentos en que el prestigio y la credibilidad de los políticos empiezan a resquebrajarse. Como reflejo de ello están las declaraciones de varios miembros de campañas políticas que han expresado la dificultad de esta contienda electoral.

Un miembro del equipo de apoyo del partido Cambio Radical para las campañas de sus distintos candidatos al Congreso, que prefirió reservar su nombre, considera que “esta es la campaña más difícil en la que he estado, la convocatoria es baja, algunas veces mínima. La gente pareciera que ya no cree o no quiere creer.”

Una posible explicación de ese fenómeno que se manifiesta de manera creciente la da el sociólogo de la Universidad Nacional, Germán Sabogal. “Medidas impopulares y lesivas como los TLC, con los campesinos, o las prebendas a la Drummond, han llevado a que esos hechos, sumados a la corrupción rampante y las alianzas con actores al margen de la ley, terminen por minar la credibilidad y favor de la política tradicional en el país”.

Además de la dificultad para convocar votantes a acompañar las delegaciones políticas a las plazas públicas, también se está empezando a ver un rechazo a figuras que en el pasado tenían índices de favorabilidad inéditos. La manifestación con la que fue expulsado Álvaro Uribe Vélez, expresidente en dos periodos y hoy candidato al Senado, de la Plaza de Bolívar de Tunja y que después se repitió con una “tomatina” en Soacha y abucheos en Cúcuta y Palmira, deja traslucir lo que señalan las dos fuentes consultadas por Confidencial Colombia.

El hecho de que las manifestaciones más fuertes en contra de Uribe hayan sido en Tunja y en Soacha está evidenciando que existen unos sectores olvidan algunas de las políticas emprendidas por el exmandatario. El TLC con Estados Unidos y las ejecuciones extrajudiciales con las que se inflaban las cifras de efectividad de las fuerzas armadas durante sus dos gobiernos, conocidos como “Falsos Positivos”, han sido los detonantes de esas expresiones de rechazo que escapan a Uribe y se extienden a todo lo que se muestre como política partidista.

El sociólogo Sabogal también señala que “este momento en el que el descrédito y el malestar son crecientes y marcados, es perfecto para que nuevas formas de hacer política y de representación emerjan en el espectro político colombiano. Todo ello sin que se caiga en la repetición de conductas y estereotipos que han llevado a ese cansancio de la sociedad civil con el aparato político”.

De esa manera es que puede comprender porque faltando poco más de un mes para las elecciones al Congreso no existe el fervor y el despliegue de otros tiempos. Por ahora las plazas públicas seguirán vacías y, en palabras de Sabogal, “se seguirán llenando de personas que se indignan con el manejo tradicional y continuado que se le ha dado a la política en el país y no con seguidores de tal o cual candidato”.

El enunciado también subraya que en plena temporada electoral se evidencie un descontento pronunciado con la clase política y los partidos. En efecto, las campañas van a retar a los candidatos a que logren conquistar a los electores que no quieren creer, pero sí quieren participar y hacerse sentir.

En este orden de ideas, el desafío electoral de los aspirantes competerá maniobras de mayor calibre, diferentes, intrépidas y masivas. En todo caso ¿se necesita algo más de los políticos que simples convocatorias para que se luzcan en las tarimas?