Jóvenes y veteranos diseñadores españoles de la segunda jornada de la pasarela Mercedes-Benz FashionWeek Madrid, han apostado a siluetas femeninas y prendas urbanas de alto nivel combinando lana, encaje y lentejuelas.
Con una paleta cromática concreta y corta, pero intensa, el argentino Roberto Torretta ha presentado una colección en la que el mono, en distintos tejidos y matices, ha sido la prenda estrella. “Es interesante, nueva y práctica, además de femenina y seductora”, ha dicho a Efestilo el creador de origen argentino.
“Esta colección es una evolución de mi trabajo anterior, pero con novedades”, puntualizó Torretta, quien ha compuesto una paleta cromática a base de negro, gris, marino, marrón, rojo y verde pistacho, este último en un estampado y en algún que otro complemento.
Novedades que han pasado por “entallar las prendas en la cintura, presentar faldas más largas y pantalones más anchos”, ha matizado el diseñador, que califica su trabajo de “concreto, femenino y sofisticado”.
En cuanto a los trajes de noche, Torretta ha preferido siluetas lánguidas, pero atrevidas con cortes asimétricos en los hombros y espaldas al descubierto, tanto en vestidos por encima de tobillo como en los monos, prenda que también ha vestido de fiesta.
Otra de las novedades han sido los vestidos de cuero con largo a la rodilla, tatuados con hermosas brocados en oro viejo en la zona de la cintura y de los hombros.
Roberto Verino subió a la pasarela “Luxury Connection”, colección inspirada en el brillo y alegría de los años 20 y 70, dos etapas marcadas por un fuerte optimismo, que es lo que este gallego quiere trasmitir a la sociedad española, azotada por la crisis económica desde hace varios años.
El diseñador ha revisado el fondo de armario de la mujer española con sobrios estilismos de dos piezas color neutro o el brillo del terciopelo de trajes de gala tipo túnica con tonos inspirados en el color del vino o la luz de los estampados dorados sobre fondo negro y acompañados por piel.
Fiel a los tejidos de colores planos, el veterano Ángel Schlesser ha mostrado en esta cita una colección que cede espacio a siluetas “oversize” de corte ovalado y tintes masculinos.
Centrado en la prenda urbana sofisticada, el diseñador ha querido dar vida a prendas con una paleta de colores blancos, negros, rojos, grises y azules, que conforman un armario para el día a día con especial cuidado en el patrón.
Con más tejidos tecnológicos que en otras ocasiones, Rabaneda ha abierto la segunda jornada de la 57 edición de la pasarela madrileña con una colección impecable en la que la mezcla de texturas y la fusión de los colores protagonizan una serie de prendas urbanas de alto nivel.
La mayoría de las propuestas de Rabaneda han presentado siluetas verticales, muy rectas, en unas ocasiones con atrevidos cortes arquitectónicos y en otras con superposiciones y líneas angulosas que han ido transformando la silueta femenina. “Es una colección sensual, magnética, femenina, fuerte y enigmática”, ha puntualizado el diseñador.
Después, María Barros, quien inspirándose en el mundo del jazz ha compuesto una serie de prendas con importantes volúmenes creados con la técnica del “moulage”, que consiste en modelar una pieza en tres dimensiones”, ha detallado la diseñadora coruñesa. “El vestido es la prenda que más me gusta crear”, comentó la creadora.
Sin abandonar sus sellas de identidad como los volantes o los madroños, los diseñadores Victorio&Lucchino ha traído a la pasarela madrileña una colección totalmente renovada, en la que las prendas se envuelven con un nuevo código abanderado por la vanguardia y la cultura española.
Ni un solo pantalón, todo vestidos, la mayoría de ellos con los hombros marcados y con el talle bajo. Si unos presentaban soberbios pliegues centrales que daban volumen y movimiento al vestido, otros mostraban delicados cuellos bebé realzados con pompones y borlas de terciopelo.
Las joyas barrocas de Aristocrazy pondrán el broche de oro a la segunda jornada de la pasarela madrileña, que arrancará mañana con el desfile doble de Ion Fiz y Sara Coleman.
Por Carmen Martín y Celia Sierra.