Para el excandidato a la vicepresidencia el ruedo electoral dejó en alto el liderazgo de Marta Lucía Ramírez y las bases del conservatismo, pero también develó la “mezquindad” de algunos conservadores “que le dieron la espalda a su propio partido”.
La candidatura del Partido Conservador, encarnada por Marta Lucía Ramírez y Camilo Gómez como fórmula vicepresidencial, es quizás la que más baches tuvo para empezar pues desde los inicios tuvo numerosos antagonistas. Cuando Ramírez fungía como precandidata -junto a Pablo Victoria Wilches y Álvaro Leyva- ya hacía el eco el enunciado de que una sección del partido veía con mejores ojos respaldar a la figura de la Unidad Nacional en vez de irse a las elecciones con candidato propio.
Esta encrucijada se llevó hasta el Consejo Nacional Electoral, luego de que fuera impugnada dos veces la convención que eligió a Marta Lucía candidata única de los azules. Y pese a que la exministra ganó en el órgano electoral (durante una audiencia en la que Camilo Gómez personificó la defensa con otros abogados) la división de su partido le costó votos en la primera vuelta y hasta el día de hoy persisten polos en el histórico movimiento.
Entonces ¿cuál es la moraleja de una candidatura cuyo origen aún continúa fragmentado entre la vocería de Ramírez y los congresistas que decidieron apoyar a la Unidad Nacional y por ende al reelegido presidente Juan Manuel Santos?
Según mencionó Gómez a Confidencial Colombia, las elecciones dejaron claro que “en el Partido Conservador aparece un liderazgo distinto y nuevo alrededor de Marta Lucía Ramírez (…) eso quedó clarísimo, estamos muy orgullosos de ellos”. En efecto, casi tres millones de colombianos votaron por él y Ramírez.
El exalto comisionado de paz fue tajante al afirmar que aquellos que no siguieron la orden dada por el directorio nacional, de apoyar la aspiración presidencial de Marta Lucía y luego –en la segunda vuelta- la del excandidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, “tienen una responsabilidad importante porque se fueron, le dieron la espalda a su propio partido”.
“La candidatura de Santos tuvo momentos muy complicados, perdió la primera vuelta. Nosotros estamos orgullosos de haber tenido una campaña de la dimensión de la Marta Lucía”, añadió.
¿Y quiénes son los que invitan a respaldar al presidente Santos? Una lista radicada ante la veeduría del Partido el 6 de junio, que solicita investigar a 15 senadores y 14 representantes a la Cámara por doble militancia, permite conocerlos.
En este documento resaltan los senadores: Arturo Yepes, hermano del actual presidente del partido, Omar Yepes; Efraín Cepeda y Roberto Gerlein. Estos dos últimos, fueron las votaciones más altas en las elecciones para Congreso y también protagonizaron, por medio del exmagistrado, Guillermo Reyes, la primera impugnación a la Convención Nacional celebrada por los azules el 26 de enero de este año.
Estos hechos reflejan la “mezquindad de algunos conservadores que destruyen su propio partido en vez de construirlo”, dijo Gómez. Pero el lema de los parlamentarios que decidieron dar su voto por la reelección es claro: adherir al conservatismo a la Unidad Nacional (la manzana de la discordia pues ya se firmó un acuerdo programático con la campaña de Óscar Iván Zuluaga y se dio orden de apoyarlo).
Bajo este marco, el excandidato vicepresidencial insistió en hacer el reconocimiento y cumplir el proceso a seguir para lograr unificar al partido. Esta acción supone un reto enorme, ya que el mismo día en el que Ramírez firmó el acta de compromiso con el uribismo, 42 parlamentarios (incluidos Arturo Yepes, Gerlein y Cepeda) oficializaron su voto para el presidente Santos.