Savannah de 12 años y oriunda de Utah, en Estados Unidos, decidió confesar ante los miembros de su iglesia su historia de vida
“Hola, mi nombre es Savannah y quiero compartir mi testimonio con ustedes. Mis padres no se equivocaron cuando me dieron ojos marrones, ellos no se equivocaron cuando me dieron pecas o me hicieron gay”, manifiesta la niña.
Ante el asombro de los presentes, Savannah continuó con su declaratoria: “Soy lesbiana y creo en Dios. Solo quiero ser feliz y quererme a mí misma y no sentir vergüenza por ser lo que soy” Pero mientras la joven se pronunciaba ocurrió algo inesperado, uno de los guías mormones decidió cortar el micrófono y le pidió que se retire. Desconsolada bajó y abrazó a su madre.
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