La nueva película de Juliette Binoche

La actriz parisina se pone a las órdenes de la catalana Isabel Coixet en su última cinta, en la que interpreta a Josephine Peary, la exploradora que viajó al Polo Norte para reunirse con su marido.

Ganar el premio a la Mejor actriz en Cannes es un logro al que aspira cualquier intérprete. Ganar también en Venecia y Berlín, además del Oscar y el Bafta sólo está al alcance de Juliette Binoche, la musa del cine de autor que ha conquistado todos los premios habidos y por haber y una posición en la industria que la permiten hacer lo que quiere y cuando quiere.

No existe director de culto que no se muera por trabajar con ella, si no lo ha hecho ya.Kieslowski, Haneke, Bruno Dumont, Anthony Mingella, Hsiao-Hsien Hou oAbbas Kiarostami, son sólo alguno de los nombres que han contado con el talento de la francesa, que ahora se ha dejado seducir, por fin, por el cine español. Ha sido Isabel Coixet la que ha logrado que Binoche protagonice ‘Nadie quiere la noche’, el filme que cuenta la historia de la exploradoraJosephine Peary que acudió al Polo Norte a principios del siglo XX para reencontrarse con su marido. El viernes llega a las salas españolas.

Para la actriz el comportamiento de su personaje muestra el afán de “nuestra civilización de conquistar el mundo”. “Es algo que tenemos en nuestro inconsciente nosotros los hombres blancos, pero la cosas no siempre ocurren así. Bajar de nuestro pedestal de supremacía cuesta, no es fácil. Duele. Nos damos cuenta de que no somos tan importantes ni poderosos, no poseemos a todo el mundo.

Darnos cuenta de eso duele, pero nos hace más humanos. Conquistar es parte de nuestra naturaleza animal, porque aún no hemos alcanzado la paz espiritual, para ello hay que sentirse decepcionados con nosotros mismos, darnos cuenta de que con la voluntad no se consigue todo”, cuenta la actriz a El Confidencial.

Ella como actriz también ha tenido que bajar de su pedestal muchas veces, y ha aprendido que esa voluntad de la que habla no vale siempre: “Como actriz era muy voluntariosa, pero eso no lo era todo, para interpretar algo tenía que entrar dentro de mí, sentir algo, si no, no hay emoción. Con la voluntad no nace una emoción”.

Juliette Binoche se ha destacado por la buena elección de sus papeles y los directores con los que trabaja. Muchos creen que es fruto de estudiar todo antes de cada nuevo paso, pero ella no lo considera “inteligencia”, sino pura “intuición”. “Es la intuición la que me dice haz esto o lo otro. No es algo intelectual, simplemente lo siento. El mejor consejo que puedo dar a la gente es ese: no pienses, siente. No sé qué papel me gustaría hacer, o con que directores quisiera trabajar, me da igual. Si pusiera el intelecto en esas decisiones, adiós muy buenas”, explica segura de sí misma.

¿Y en esa intuición cabría un papel de chica bond o de bomba sexual? “Depende de qué le pase a esa bomba sexual, para mí ese término no significa nada”, zanja Binoche que para interpretar a Josephine Peary ha tenido que sobreponerse a la antipatía que le producía el personaje real, lo que le llevó a dudar de su propia actuación al pensar que había “acentuado demasiado su orgullo”. “Es difícil quererla al principio”, opina.


Pasión por Bergman

Juliette Binoche demuestra en cada respuesta que sabe lo que se hace. 30 años de carrera y más de 60 películas dan el crédito suficiente para no tener miedo a decir que no comparte alguna decisión tomada por Isabel Coixet en ‘Nadie quiere la noche’, que ha montado la película de nuevo tras su pase en Berlín ante la mala recepción de la prensa. “Claro que lo hubiera hecho de otra forma, somos diferentes y tenemos sensibilidades y puntos de vista diferentes, pero hay una confianza mutua”, aclara sin entrar en polémicas.

Para ella lo fundamental en un director es que quiera “arriesgarse y hablar de él mismo”, por ello elige como uno de sus realizadores favoritos a Ingmar Bergman, porque “siempre se ha enfrentado a sí mismo”. No se atreve a dar ningún nombre del cine actual, argumentando que no tiene tiempo para ir al cine, ya que siempre está trabajando. Ni siquiera se moja para elegir a los mejores realizadores con los que ha rodado.

“Es como con los niños, a cuál prefieres de tus hijos. Es muy difícil. Con alguno he hecho más de una película, con todos la relacion es diferente. Está el primero que confío en mí, me enamoré de un director también, me gustaba pensar las películas con él… No puedo decirte, estoy hecha de mis buenas y malas experiencias, se aprende de los errores y acabas amándolos, te permiten ir a otro lugar”, cuenta tras afirmar que se plantea seriamente dar el salto a la realización.

A pesar de estar siempre vinculada al cine más arriesgado y de autor, el año pasado la actriz se dejó ver (cinco minutitos) por un blockbuster hollywoodiense como ‘Godzilla’. El motivo: contentar a sus hijos. “Lo hice por mi hijo, que es un enamorado de Godzilla, de pequeño lo veía con él y siempre me reprocha no estar en películas de acción, eso le interesaría mucho más”, dice riendo a plena carcajada. Para el espectador da igual que sea en un filme de acción, suspense o un dramón. La presencia de Juliette Binoche es sinónimo de calidad.