La palabra por la paz

El movimiento ciudadano Pedimos la palabra vuelve a reunirse este miércoles en Bogotá. Ahora, la idea será establecer propuestas civiles para superar el conflicto armado y acompañar la mesa de diálogo dispuesta entre el gobierno y las Farc.

El escándalo de la Reforma a la Justicia abrió el camino de la indignación nacional. Esa bandera fue recogida por una serie de personajes de la vida política del país, quienes dieron forma al inconformismo y “pidieron la palabra”.

Antonio Navarro, Antanas Mockus, Iván Marulanda, Alejo Vargas y otros representantes de la opinión pública nacional se reunieron en agosto pasado en Medellín para pedirle a la clase política nacional que actúe de acuerdo con las expectativas de la gente.

“Nos preocupa la mala calidad de la política en Colombia, que se reflejó sobretodo en la labor del Congreso en el proyecto de reforma a la Justicia. Pero la mala calidad no es solo del legislativo, sino que también es del gobierno y ha afectado a algunas de las altas Cortes”, dijo en su momento Navarro.

Hablaron de la situación en el Cauca, de la ilegitimidad del Congreso, de la minería indiscriminada, de la grave situación de la salud en Colombia y esbozaron algunas ideas frente al conflicto armado en Colombia.

Hoy, cuando existe una intención fehaciente del gobierno nacional para buscar una salida negociada al conflicto, y es inminente la instalación de diálogo con las Farc, estos “indignados” vuelven a pedir la palabra.

Se han reunido el fin de semana con la necesidad de establecer una posición unánime frente a la opción real de paz en el país. Todos confluyen en que el conflicto debe terminar, y que en buena hora el gobierno y las guerrillas han decidido sentarse a dialogar.

También creen que si bien el final del conflicto se logra en una mesa de diálogo entre los actores, la construcción de paz es una tarea de de todos. En el fin de la guerra tienen la palabra los armados, pero para hacer la paz tiene la palabra la sociedad.

Por eso el miércoles se reunirán en el Consejo de Bogotá para terminar de discutir su agenda frente a este tema y darlo a conocer al país. Queda la inquietud sobre cuál será exactamente su papel en el proceso de paz entre el gobierno y las Farc.

Pedimos la palabra no quiere quedarse como un movimiento ciudadano pasivo, y la posibilidad de que Colombia termine el conflicto es el escenario ideal para que sus miembros hagan parte de la transición entre la guerra y la paz.