La paz cuenta con Caucasia

Los días 16 y 17 de julio se llevó a cabo el XIV encuentro Regional para la Paz en la región del Bajo Cauca Antioqueño. Este encuentro contó con el primer almuerzo de empresarios que permitió conocer las inquietudes gremiales en torno a la construcción de paz.

El Bajo Cauca Antioqueño ha sido una región azotada por todo tipo de violencias debido a la “maldición” que ha representado su riqueza minera y las posibilidades agrícolas que ofrece. Además, la presencia del Río Cauca, como columna vertebral regional ha hecho que todo tipo de traficantes y contrabandos pasen por allí.

Construir paz en una región con tantas complejidades ha sido un reto para las diferentes organizaciones sociales que hacen presencia allí. Las amenazas, asesinatos e intimidaciones han hecho mella en la percepción que existe sobre municipios como Tarazá, Zaragoza, El Bagre, Nechí, Cáceres y Caucasia.

En este último se llevó a cabo los pasados 16 y 17 de julio, el XIV Encuentro Regional para la Paz, iniciativa de la Red Prodepaz, la Ruta Pacífica de las Mujeres y la Red de Iniciativas y Comunidades de Paz desde la Base, con el impulso de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y el apoyo de las embajadas de Suecia, Suiza y Noruega.

Las actividades del Encuentro incluyeron la habitual cena con periodistas para conocer los problemas de comunicar el conflicto y construir relatos sobre la paz. También, se adelantó el primer almuerzo con empresarios que permitió conocer las necesidades de los gremios de la región.

Las principales preocupaciones de los comunicadores regionales atienden a las condiciones de seguridad que afrontan en la zona. Desde asesinatos, como el de Luis Carlos Cervantes, ocurrido en Tarazá hace un año, hasta el boleteo y la extorsión como requisitos para poder informar. Los representantes de la oficina del Alto Comisionado para la Paz, encabezados por el director de Paz Territorial, Diego Bautista, recogieron las impresiones y clamores de este sector que requiere especial atención de cara a un eventual posconflicto.

Por su parte los diferentes gremios pertenecientes al sector productivo del Bajo Cauca expresaron las molestias y problemas que les generan las extorsiones de las Bandas Criminales, así como las presiones de las Farc y el ELN.

Igualmente preocupados se mostraron los mineros agremiados de esa región por cuenta de los incumplimientos del Gobierno Nacional, en cuanto a sus exigencias en materia de protección a la actividad minera artesanal e informal. Cabe destacar que el Bajo Cauca Antioqueño produce el 57% del oro de Antioquia, dicho en otras palabras, el 12% del oro nacional.

Estas actividades mineras, que muchas veces carecen de control han generado que la contaminación en las fuentes hídricas de la región sea uno de los problemas que atizan el debate.

El grueso del evento se llevó a cabo en el Liceo Caucasia, en donde 300 personas se reunieron para poder conocer de primera mano lo que se está discutiendo en la Mesa de Diálogos de La Habana, entre el Gobierno Nacional y las FARC. Además, sirvió para que pudieran preguntar directamente a los representantes de la Oficina del Alto Comisionado, sobre las inquietudes y necesidades de la región.

Algo bastante llamativo fue el hecho de que primaron las preocupaciones regionales antes que las nacionales. Un indicador de que muchos de los actores sociales del Bajo Cauca Antioqueño prefieren buscar salidas a sus problemáticas desde lo regional antes que esperar a un Estado central que los ha dejado de lado desde mucho tiempo atrás.

Los asistentes fueron repartidos en seis mesas temáticas para abordar las discusiones regionales. Minería y medio ambiente; mujeres constructoras de paz; víctimas; pedagogía y cultura de paz; participación ciudadana y productividad fueron los temas de estas.

Las reformas al código minero y a la política minero-energética del gobierno, así como garantías salariales fueron los principales puntos de discusión en la mesa de Minería y Medio Ambiente.

La Mesa de Mujeres discutió necesidades como una reforma agraria que permita titularidad, acceso, tenencia y autonomía económica; propuesta extensible al resto del país. Además, exigen verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para las víctimas y acompañamiento psicosocial para las mismas. A lo anterior se suma la exigencia de respeto por las mujeres LGTBI y atención a las mujeres en situación de calle.

En la mesa de Productividad se contó con los representantes de los gremios que tocaron la problemática que implica la restitución de tierras, el uso que se le debe dar a los predios en extinción de dominio y la seguridad alimentaria. Así mismo, pidieron acuerdos para bajar costos de producción en la región y reforzar la asociatividad con el fin de acceder a tecnología e innovación de una manera más eficaz.

Las víctimas que se reunieron en la mesa pertinente plantearon las garantías de justicia, verdad, reparación y no repetición buscando un camino para llegar al perdón. Como prueba de ello varias asociaciones y fundaciones, agrupadas alrededor de la Red Nudo de Paramillo mostraron sus experiencias como elementos que permiten la superación de la guerra con miras a construir región en función de la paz.

Las diferentes actividades deportivas y culturales fueron discutidas por la mesa de pedagogías y culturas para la paz. Estos elementos se constituyen en una estrategia fuerte para poder vencer a la guerra construyendo cultura de paz.

La mesa de democracia y participación ciudadana discutió la generación de mecanismos y garantías para su ejercicio político y para que la diversidad sea una realidad en las decisiones estatales.

Mientras las organizaciones sociales y los diferentes activistas del Bajo Cauca Antioqueño discutían los temas antes mencionados, la guerrilla de las FARC atentó contra la carretera que comunica a Caucasia con Medellín, dejando incomunicada a gran parte del noroccidente del país, ya que es por esta vía que el departamento de Antioquia tiene salida al mar.

Los Encuentros Regionales para la Paz continuarán a principios del mes de agosto en el municipio de San Carlos, oriente antioqueño.