Es claro que los votos del conservatismo podrían reflejarse en una victoria para alguno de los dos candidatos en segunda vuelta, pero ¿cómo se redefinirán los escrutinios de un partido que le coquetea al santismo y al mismo tiempo le pone mano firme a la reelección?
La encrucijada del Partido Conservador sobre aquellos que pregonan el deseo de una candidatura propia y otros que deseaban una coalición, mantuvo a los azules en disputa durante varios meses y finalmente Marta Lucía Ramírez resultó elegida candidata única del partido.
Con el enunciado de la vocación de poder reflejada en las llamadas “bases del conservatismo”, Ramírez desarrolló su campaña –impugnada indirectamente en dos ocasiones- pero no logró siquiera pisarles los talones a sus homólogos Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga (sin embargo obtuvo cerca de dos millones de votos).
La exministra hizo buen eco en la contienda electoral, de hecho le fue muy bien en los debates, no obstante siempre tuvo la espina de que varios de sus hermanos conservadores veían con mejores ojos una unión con otro movimiento político, especialmente con la Unidad Nacional. En efecto, ocho días antes de las elecciones dos mil líderes azules se sumaron a la campaña de Santos bajo el riesgo de ser acusados de doble militancia. “Me estaban haciendo falta mis amigos conservadores”, dijo Santos durante ese encuentro.
Esta alianza –dicen algunos- le dio la espalda a las bases y confirmó que la división del movimiento no era puro cuento, pues en varias ocasiones Ramírez hizo énfasis en que el partido no estaba polarizado y que todos vibraban con el mismo anhelo de volver a ver a un conservador en la Casa de Nariño.
Paradójicamente, su derrota en las urnas y el paso a la segunda vuelta reavivó con más fuerza la incertidumbre sobre quiénes votarán por Santos o por Zuluaga, y de igual forma pone nuevamente en vilo la solidez del histórico movimiento para tomar una decisión como uno solo.
Así las cosas, y teniendo en cuenta que los votos de los azules representan la presea dorada para la victoria de los dos candidatos restantes el próximo 15 de junio, ¿cómo se definirá el Partido Conservador en la próxima consulta y a quién irán los votos?
Para Ángela Ospina, excandidata a la Cámara de Representantes y nieta del expresidente Mariano Ospina, el enunciado de una posible adhesión de Marta Lucía Ramírez a la Unidad Nacional es “incoherente”, pues iría en contravía al lema de campaña que le daba ‘palo duro’ a la gestión del presidente Santos.
Respecto a aquellos congresistas seguidores de una coalición, aseveró que “ellos tienen una deuda porque no estuvieron a la altura de responder a un aval del partido (…) son una clase parlamentaria totalmente ciega, pero ni sorda ni muda. Le fallaron al partido”.
La fiel amiga de Marta Lucía concluyó en que si dicha fracción hubiera apoyado a la candidata en las urnas, hoy los resultados serían diferentes. En todo caso hizo hincapié en que si los votos ganados por la exministra de Defensa se ven reflejados a favor de Zuluaga, sería más coherente.
Asimismo, el representante a la Cámara David Barguil, nominado para ser el próximo jefe de los azules, explicó a Confidencial Colombia que el “Partido Conservador será quien decida al nuevo presidente de Colombia”.
“A los otros sectores políticos y algunos de la izquierda les va a quedar imposible tomar una decisión al rededor de uno u otro candidato, porque hicieron una campaña con planteamientos totalmente contradictorios a los de los dos aspirantes punteros. Eso significa que la decisión que tome el conservatismo equilibrará la balanza”, indicó.
Por su parte, Efraín Cepeda, uno de los mayores antagonistas a la candidatura propia, aclara que la decisión de apoyar o no a Santos será determinada por la bancada del partido. El senador electo anotó en Blu Radio que cualquiera sea el resultado lo va a acatar e insistió en que los conservadores pertenecen a la Unidad Nacional (una tradición de décadas). De igual manera se refirió sobre la posibilidad de apoyar a Zuluaga.
Y ¿cómo ven desde el uribismo el caudal electoral de los azules?
Sin lugar a dudas, el coqueteo que le hizo Óscar Iván Zuluaga a Ramírez durante la celebración de su victoria en las elecciones de este domingo, deja ver lo cercanos que podrían estar para la segunda vuelta.
El candidato del Centro Democrático la invitó “a unir esfuerzos en beneficio de Colombia”. Vea la eufórica fiesta uribista en Bogotá tras los resultados de la votación presidencial.
“Quiero agradecer a la doctora Marta Lucia Ramírez y reconocerle su liderazgo, su talante, su vocación patriótica y su preparación. La invito, motivado por mutuo respeto que hemos edificado, para que unamos esfuerzos en beneficio de Colombia y construyamos el cambio que nuestro país anhela y necesita”, añadió.
A su turno, Carlos Holmes Trujillo, fórmula vicepresidencial del candidato, afirmó a este medio que cualquier iniciativa y/o política que coincida con el programa de gobierno del uribismo “es bienvenido”. No obstante prefirió no ahondar en el tema y expresó “total respeto al conservatismo”.
Ante la opinión pública lo más predecible es que Ramírez y Zuluaga unan banderas, dado que comparten similitudes en su discurso y -desde las orillas- simbolizarían la dupla idónea de frente al presidente-candidato.