La última excentricidad de Rihanna ha sido tatuarse toda la mano derecha al estilo Maori. Esto incluye un cincel y un martillo, lo que podría resumirse en una tortura artística que la propia cantante no ha podido soportar.
El dolor era tal, que la diva de Barbados ha acabado derramando alguna que otra lágrima entre las risas de sus tatuadores, acostumbrados a que sus clientes salgan de sus consultas con cierto desconcierto, aunque maravillados tras haber decorado su piel.
Para Rihanna este es su décimo tatuaje y seguro que no será el último pese al sufrimiento.