Tras las protestas de miles de personas, las autoridades de Sao Paulo y Rio de Janeiro anunciaron este miércoles la revocación del aumento de 20 céntimos de real (menos de 0,10 dólares, casi 0,7 euros) en las tarifas del transporte público que en ambas ciudades se encontraba vigente desde principios de junio.
La “primavera brasilera” comienza a dar resultados. La indignación de los jóvenes del país más futbolero del mundo ha generado la primera victoria: las autoridades de las dos ciudades más grandes de esa nación han decidido echar para atrás la medida de subir los precios del transporte público, que funcionaba desde principios de junio.
“Con esa medida, los alcaldes de las ciudades más pobladas de Brasil se unen a los de Porto Alegre, Blumenau, Recife, Cuiabá y João Pessoa, quienes se apresuraron el lunes a renunciar a las subidas ante el avance de las protestas que vienen convocándose desde hace 12 días”, señala el periódico El País de España.
Sin embargo, la medida no detendrá la protesta de los indignados. Si bien la manifestación nació contra el precio del transporte público, se han sumado otras medidas del gobierno, que según los jóvenes son corruptas. “A ese reclamo se unieron también los de la lucha contra la corrupción, los excesos de gasto público en el Mundial de 2014 y las críticas contra la represión policial”, dice el diario.
“Nuestro movimiento ha cumplido su primer objetivo. Y a partir de ahí vamos a seguir luchando por el acceso gratuito al transporte público, que siempre fue nuestro objetivo final”, señaló Luisa Mandetta, de 19 años, miembro del Movimiento Pase Libre (MPL) , la organización que convocó la primera protesta el pasado 7 de junio.
El anuncio de las autoridades locales llegó luego de que Dilma Rousseff reconociera, a través de un discurso público, que había “escuchado las voces de la calle”. La presidenta reconoció que “las voces” de las protestas piden a los gobernantes de todas las instancias “más ciudadanía, mejores escuelas, hospitales, transporte público de calidad y a un precio justo”. Y también “el derecho a influir en las decisiones de los Gobiernos”.
Desde la próxima semana, el transporte público volverá a su precio normal en estas dos ciudades. En São Paulo se necesita reprogramar las máquinas de cobro y la revocación del auemnto no entrará en vigor hasta el próximo lunes. A partir de entonces, subirse al metro o al autobús volverá a costar tres reales (1,05 euros). Y en Río, desde este mismo miércoles el precio del billete de autobús volverá a ser de 2,75 (0,95 euros).
Sin embargo, los indignados brasileros no se detendrán. Ta obtuvieron su primera victoria, y seguramente irán por muchas más.