Los productores de leche de Cundinamarca denunciaron el accionar de los que llaman grupos lacto traficantes que acomodan los precios de este alimento al productor y al consumidor en detrimento de la producción primaria.
Según los ganaderos la situación es compleja y se suma a la coyuntura actual del campo en donde las predicciones suenan en cierto modo apocalípticas toda vez que hay ruido de paros, movilizaciones y protestas para 2014.
El ganadero, Rafael Mican le dijo a Confidencial Colombia que la posible caída en los precios de la leche es precisamente la consecuencia de la amenaza permanente que hacen los lacto traficantes de alto nivel para mantener a la gente callada y por momentos tranquila para seguir haciendo su agosto.
En su opinión esos lacto traficantes se quedaron con la rentabilidad del sector lechero y ganadero en total perjuicio de una actividad en donde hay inversiones a pérdida así como un abandono total por parte del estado.
“Desde hace muchos años viene el problema, eso no es de ahora, toda la vida ha sido así, se tratan de hacer cooperativas y ellos bregan a bombardearlas a como dé lugar, mejorando los precios momentáneamente para acabar con el movimiento cooperativo. En síntesis, buscan que no haya solidaridad de los productores y en el caso de la leche manejan los precios a su conveniencia con determinadas personas. Es natural que quieran defenderse pero tampoco que se la quieran llevar siempre toda”, expresó Mican.
Para el ganadero la única forma de enfrentar el libre comercio es a través de las cooperativas y aplicando modelos solidarios como en los países desarrollados en donde hay una cultura ganadera en torno al cooperativismo.
Confidencial Colombia: ¿Esos carteles de la leche son los que nos traen lacto sueros de dudosa calidad, los que importan leche en polvo, los que se parrandean el mercado?
Rafael Mican: Los que traen leche por toneladas con papeles y por debajo de cuerda traen el doble de lo registrado y como en Colombia la corrupción está a la orden del día entonces eso pasa de agache y después nos obligan a mezclar leches buenas que se producen con mucha eficiencia con leches de dudosa procedencia.
C.C: ¿Esos señores de los cartelitos están dentro y fuera del país?
R.M.: Si claro, esta es una cadena internacional, estos son carteles muy poderosos distribuidos a lo largo y ancho de la geografía mundial. Los conocemos todos pero no podemos decir nombres, todos sabemos cómo se maneja la leche en el mundo, lo cual no quiere decir que no nos apartemos del problema y reconsideremos nuestra situación en la producción de la leche porque esta es un alimento vital.
Resulta que la gente ya no come cuento pues de Boyacá en sus campos se volvió a gritar independencia y ese grito de independencia que nos dieron los Boyacenses muy pronto se va a repetir. Yo no quisiera ver algo verdaderamente lamentable porque en esas coyunturas todos perdemos.
Al Gobierno hay que decirle que exploremos las maneras de arreglar, pero precisando que no se trata de apagar incendios o de tomar medidas momentáneas. Tampoco se trata de engañar a la gente porque la gente ya no come cuento como le dije.
C.C: ¿Para dónde va la ganadería más en este escenario de TLC?
R.M: Con el TLC sea con Europa o con los Estados Unidos las cosas tienden a agravarse aún más, pero si el gobierno establece controles serios y eficientes al contrabando podría irnos mejor porque aparte de lo que va a entrar legalmente, entendiendo que son compromisos adquiridos, no se puede descartar que los vivos aprovechan eso para meter más de la cuenta y hacer su agosto, pero con buenos controles y con buena voluntad del gobierno la cosa se podría sobrellevar en el sentido de que como hay salvaguardas, si el gobierno está atento a favorecer al productor nacional podemos resistir la carga. Hay una cantidad de medidas que el gobierno puede adoptar y que debe contemplar para favorecer los subsectores que estamos más en peligro y que tenemos más riesgo. La gente del campo ya no está en condiciones de seguir aguantándose una situación tan caótica como la que tenemos porque no es el sector lechero solamente el que tiene problemas, o panelero, o el papero, o el caficultor o el mismo arrocero, no, es que en el campo no hay nada que funcione, son solamente tiros de suerte y no se puede depender de ellos.
Hay que revisar líos con lupa
Para el ganadero Rafael Mican, llegó el momento de que gobierno y gremios verdaderamente representativos convengan una planificación y así poder llegar a cosas que funcionen y que permitan darle viabilidad a la economía campesina.
En su criterio hay medidas que deben tomarse de inmediato porque la situación no da espera de nada. En ese orden de ideas propone revisar tarifas de servicios públicos, el IVA para el concentrado e insistir en bajos aranceles para los abonos.
“Eso de los abonos es inconcebible, los precios están por las nubes y lo grave es que si no hay abono, no hay pasto y si no hay pasto, no hay leche y si no hay leche entonces el lío es para el ganadero que pierde dinero y para el consumidor que no tiene acceso a un alimento básico como la leche o la misma carne, entonces el gobierno tiene que pellizcarse, tiene que movilizar todas sus dependencias y trabajar al unísono con los gremios”, explicó.
Mican cuestionó el funcionamiento e ineficacia de las asociaciones ganaderas e instó al ejecutivo a poner orden. “En esto se ven cosas muy extrañas, se ven unos adefesios que realmente uno queda aterrado”.
C.C: ¿El sector agropecuario colombiano necesita con urgencia una política de estado que le dé más credibilidad al proceso de paz?
R.M: Pues ahí si se toca un tema muy sensible, muy delicado y más en este momento tan comprometedor, pero si nosotros analizamos lo que se oye al nivel de congreso vemos que los partidos que realmente tocan el tema y lo abordan con alguna propiedad son los partidos de izquierda, entonces, ¿Qué va a pasar?, ahora, estamos hablando de la paz, pero como puede buscarse la paz si se está gestando algo que no es precisamente paz, como puede haber paz en el campo cuando la gente no tiene ya nada que hacer, porque absolutamente nada es productivo, porque nada funciona y la idea es arrancar para la urbes a seguir agrandando los cordones de delincuencia y los cordones de miseria. No se puede hablar de paz sin pararle bolas al campo porque la violencia se engendró en las zonas rurales como protesta a las injusticias de esas épocas, pero hoy subsisten las mismas, entonces es como irónico hablar que vamos a firmar un acuerdo de paz muy seguramente con las FARC y con otros grupos al margen de la ley. Hoy se están gestando movimientos campesinos lejos de la política.
El ganadero indicó que el productor grande, pequeño y mediano lo único que quiere es trabajar y vivir como se merece porque la vida en el campo no es fácil porque se convive con una cantidad considerable de incomodidades y limitaciones. Mican expone que para vivir medianamente bien en los campos tiene que existir alguna compensación, aclarando que quien tiene la obligación de establecer esa garantía es el estado, no el actual gobierno que de manera injusta está recibiendo los latigazos de las embarradas anteriores.
El gobierno, concluye, no la tiene fácil porque está de por medio la seguridad alimentaria y una productividad que permita pensar en exportaciones. Hoy hay una nube negra con los créditos que para nada son blandos y en donde los agiotistas están de fiesta, sumándose al tenebroso grupo de prestamistas que embargan fincas y arruinan campesinos,
Una salida para el campo, precisó, sería volver al sistema de absorción de cosechas como lo fue el IDEMA, entidad encargada de regular el mercado para exportar cuando se generaban excedentes y de importar cuando había falencias productivas. “Esa figura depurada y fiscalizada acabaría con la intermediación del campo que es la que se queda con el negocio”.