"Las encrucijadas de la izquierda"

La izquierda en Colombia ha tenido en esta época electoral varias disyuntivas que ha debido sortear de cara al apoyo al proceso de paz que encarna la candidatura de Juan Manuel Santos o a sustraerse de cualquier apoyo y dejar a los electores en absoluta libertad para decidir su voto. Una izquierda repartida en varias vertientes que aún no logra encontrar su unificación.

Una de las acusaciones históricas que se le han hecho a la izquierda colombiana es la desunión y un afán atomizador. Para las elecciones presidenciales del pasado 25 de mayo la izquierda partidista, representada en el Polo Democrático en cabeza de Clara López y Aída Avella, alcanzó cerca de dos millones de votos. Un resultado satisfactorio pero que deja ver muchas de las agudas contradicciones y profundas grietas que tiene la izquierda colombiana como fuerza política.

Si bien la primera vuelta de las elecciones presidenciales mostró que hay un gran sector de la población que no está con el santismo o el uribismo, también quedó claro que es difícil que en Colombia exista un esfuerzo conjunto o mancomunado para hacerse con el poder.

Para las elecciones a Congreso de este 2014, el Polo Democrático se presentó como partido, la UP se alió con ese Partido y otras fuerzas, entre ellas el progresismo, en la llamada Alianza Verde. A pesar de el papel que han desempeñado los congresistas polistas, esta vez el número de curules disminuyó a pesar de tener Jorge Enrique Robledo la votación más alta del país.

Además, con la expulsión del Partido Comunista de las filas del Polo y su cercanía a la Marcha Patriótica, el Polo se fue quedando cada vez más reducido en cuanto a su base. Fue así como Marcha Patriótica, en un primer momento hacia el 2011 alcanzó a lograr una coalición de fuerzas de izquierda que fueron notorias en la marcha por la paz del 9 de abril de 2013. Además, las manifestaciones de apoyo al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, entre diciembre y enero de 2013 dejaron ver que muchas de esas fuerzas de izquierda que no están integradas a un partido estaban vivas.

Fue así como después de la contienda electoral para el Congreso, muchas de esas fuerzas que estaban en la Alianza Verde se sumaron a la campaña del Polo, como lo hizo la UP, representada en Aída Avella que era la candidata a la Vicepresidencia. Igualmente, varios progresistas depositaron su voto por Clara López, como lo anunció Jorge Rojas en la rueda de prensa en la que anunció su renuncia para hacerle campaña a santos, tan solo un día después de la primera vuelta electoral.

Con el país enfrentado a unos comicios en los que la abstención llegó al 60% en la primera vuelta presidencial, los dos millones de votos del Polo se convirtieron en un botín bastante llamativo para Santos y Zuluaga. El lunes siguiente a la jornada electoral el progresismo ratificó su apoyo a la campaña de Santos, que ya se había hecho tácitamente con un acuerdo programático con el partido liberal, al anunciar la renuncia de dos secretarios de primer orden y un director de instituto para liderar un frente amplio por la paz. Además, el lanzamiento del Consejo Nacional de Paz y la invitación a varias figuras de la izquierda, no necesariamente polista, para integrarlo hacía pensar en que se llegaría a un apoyo del PDA a la campaña de Santos.

Sin embargo, el Polo decidió que sus electores votaran autónomamente por alguno de los candidatos, por el voto en blanco o la abstención. Llama la atención que se incluyera esa invitación a abstenerse ya que para las elecciones al Congreso la abstención era uno de los enemigos a vencer y porque el mismo Robledo explicó las razones por las cuales el voto en blanco no es efectivo para lograr cambios profundos en el sistema político colombiano.

Además, en el comunicado en el que el Polo sienta su posición se puede ver que el Polo considera que es la única “izquierda democrática” en el país, con lo cual el alineamiento de otros sectores de esa corriente política con el presidente-candidato, como los indígenas de la Onic, el progresismo, la UP o la Marcha Patriótica, que coquetea con apoyar a Santos, pierde toda legitimidad a la luz de esa comunicación.

Sin embargo, no todo es tan unánime al interior del Polo. El recientemente elegido senador Iván Cepeda dijo que el votará por evitar que el “paramilitarismo vuelva a tomarse a Colombia”, en una clara alusión al uribismo al que él ha denunciado por, supuestamente, tener nexos con esos grupos armados ilegales en la figura del expresidente Uribe y su hermano Santiago Uribe.

Así las cosas, la fragmentación de la izquierda colombiana se extiende a lo que muchos consideran es una oportunidad histórica para alcanzar la paz con las Farc, debido a un proceso de negociación que ha logrado acuerdos en puntos críticos que contienen la guerra colombiana.

De todas maneras, gane quien gane las elecciones del próximo 15 de junio, el Polo Democrático anunció que seguirá siendo el partido de oposición en el país.