Según el informe revelado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, de los 39.058 secuestrados registrados entre 1970 y 2010, las Farc son las principales perpetradoras, con un 33 por ciento de casos documentados. Esta cifra sale a la luz en medio de los diálogos que el grupo guerrillero está llevando a cabo en La Habana para terminar con un conflicto de más de 50 años en Colombia
Así lo manifestó César Caballero, gerente de la firma Cifras y Conceptos y quien estuvo al frente de la investigación por solicitud del Centro Nacional de Memoria Histórica. Su trabajo recopila información desde el 1 de enero de 1970 hasta diciembre del 2012, dejando la cifra exacta de 39,058 secuestros.
Para la realización de este trabajo, se utilizaron casos judicializados y se empleó el método de “fuentes contrastadas” que requiere que varias fuentes reporten el mismo caso para poderlo contrastar, según informó Caballero. De acuerdo con esto, no se incluyeron los casos de secuestro cometidos desde el 1 de enero de 2011 a la fecha, ya que Cifras y Conceptos requieren de más tiempo para poder hacerles seguimiento a los casos ocurridos en este periodo.
Del total de secuestrados que arrojó el informé, el 8 por ciento fueron asesinados en cautiverio, unas 3,125 personas. El 60 por ciento de los plagiados fueron liberados tras el pago de dinero y el 20 por ciento rescatados por la fuerza pública.
Dentro del informe se destaca la información del secuestro más prolongado en Colombia. Esta terrible situación la padecieron los sargentos del Ejército Luis Alfonso Beltrán y Luis Arturo Arcia, quienes cayeron en poder de las Farc el 3 de marzo de 1998 en el sur del país. Los miembros de las Fuerzas Armadas estuvieron más de 14 años en las montañas de Colombia privados de su libertad.
Otro dato que sobresale es el de Luis Francisco Cuéllar, exgobernador del departamento de Caquetá, quien en cinco oportunidades fue secuestrado. En la última de ellas, en diciembre de 2009, fue asesinado por las Farc a la edad de 69 años.
Este informe sirve para demostrar el gran daño que esta práctica ha causado en la sociedad colombiana. La denigración de la guerra ha llegado a privar de su libertad a miles de personas que, voluntaria o involuntariamente, se encuentran envueltos en un conflicto que, para esta época, raya lo incoherente y justifica la necesidad ineludible de lograr la Paz.