La movilización de la próxima semana tiene objetivos diversos en los grupos que la apoyan. El gobierno quiere generar un respaldo popular frente a los diálogos de paz, la Marcha Patriótica intenta dar un golpe de opinión por su capacidad de convocar bases sociales y sectores de la izquierda colombiana pretenden que este evento sea la plataforma de confluencia de un gran frente de oposición.
La ley de Víctimas, impulsada como pocas por el gobierno Santos, incluyó en su articulado la celebración del “Día de la memoria y solidaridad con las Víctimas”. Desde este año, primero de la aplicación de la ley, todos los nueve de abril se rendirá homenaje a los que han sufrido el rigor de más de cinco décadas de conflicto armado.
La primera conmemoración de esta fecha tendrá un elemento que puede marcar el destino de la política en Colombia, de cara al desarrollo del proceso de paz en La Habana y las elecciones legislativas y presidenciales de 2014. Miles de manifestantes se reunirán en la capital de la República para marchar, cada uno con sus motivos.
La convocatoria ha sido respaldada por varios sectores del país, y por primera vez no es una iniciativa conducida por un ala ideológica. El gobierno nacional anunció que se “montará” a la marcha del 9 de abril, Gustavo Petro respaldó la iniciativa; casi todos los sectores de izquierda, salvo algunos líderes del Polo, se sumarán a la movilización, y los partidos de la Unidad Nacional también participarán.
Unos salen a marchar para recordar a las víctimas del conflicto, otros lo hacen para respaldar el proceso de diálogo entre el gobierno y las Farc en La Habana, algunos se movilizan para demostrar la legitimidad de sus movimientos en el país y el resto pretende construir un frente amplio de oposición. Todo mediado por el fenómeno de las elecciones.
Vuelve la Marcha Patriótica
Desde mediados de febrero, la Marcha Patriótica le apostó a la idea de una nueva movilización. Luego del 21, 22 y 23 de abril del año pasado, donde lograron congregar en la capital de Colombia a más de 100 mil campesinos para el lanzamiento de este movimiento político, ahora quieren marchar para apoyar el proceso de paz y respaldar la salida negociada al conflicto.
“Vamos a poner 150 mil personas en las calles de Bogotá”, señaló entusiasmada la exsenadora y vocera de Marcha, Piedad Córdoba. La verdad es que los cálculos del movimiento son más optimistas y calculan que el próximo martes llegarán a la capital más de 200 mil campesinos, indígenas, estudiantes, afrodescendientes y trabajadores.
El movimiento político, que para muchos sectores del país es cercano a la guerrilla de las Farc, escogió este nueve de abril para mandar un mensaje “hacia la segunda y definitiva independencia”, idea que han venido trabajando con sus bases sociales, ubicadas en regiones abandonadas del país y en las que la insurgencia ha hecho presencia histórica.
La idea del naciente movimiento político es generar una voz de apoyo al proceso de paz que se realiza en La Habana, y constatar su postura frente a la salida negociada al conflicto armado en Colombia. La defensa de lo público y el cese bilateral al fuego también hacen parte del ideario de la Marcha Patriótica.
Pero la expectativa de Marcha frente al nueve de abril no es solo político. Los voceros y la organización en general quieren dar un golpe de opinión parecido al del año pasado, y demostrar la capacidad que tienen para movilizar campesinos, indígenas, afros y trabajadores de todos los rincones del país.
A pesar de que su vocera más conocida, Piedad Córdoba, dice que la Marcha Patriótica no camina al vaivén electoral y que el movimiento no piensa participar en la contienda de 2014, voces dentro de la colectividad insisten en la necesidad de que el movimiento entre al juego político a través de su participación en elecciones populares.
El nueve de abril representa para la Marcha una oportunidad de mostrarle a la opinión pública que no son un fenómeno de opinión sino una realidad que puede traducirse en votos. Lejos de las disputas entre presidentes, el movimiento político que acapara la coyuntura política espera que sus bases sociales lleguen el próximo martes a Bogotá.
Izquierda unida
Durante la reunión de lanzamiento de la movilización del 9 de abril, Carlos Lozano, otro de los voceros de la Marcha Patriótica y representante del Partido Comunista en la colectividad, señaló que el otro gran propósito de la movilización era concertar una plataforma de acercamiento con los demás sectores de izquierda democrática del espectro político nacional.
“No hemos establecido nada aún, pero queremos llamar a otros sectores de izquierda de Colombia para crear, si es posible, un gran frente de oposición”, dijo el director del semanario Voz.
Desde que comenzó el debate electoral, varios sectores “social-demócratas” del país han planteado la necesidad de unir a las figuras de la izquierda para contener la polarización Uribe-Santos y mostrar una tercera vía frente a los comicios.
Quizás el más abanderado de esa idea es el vocero nacional de Progresistas, Antonio Navarro. Desde mediados del año pasado, convocado por figuras como Sergio Fajardo, Antanas Mockus e Iván Marulanda, conformó el grupo Pido la palabra, con la intención de discutir alternativas políticas frente a la situación del país.
Navarro irá a la marcha, como también lo hará el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro. El líder natural de los progresistas sabe que es una oportunidad de afianzar lazos con sectores de la izquierda diferentes al Polo Democrático, que no estará en la marcha, y encabezar ese posible frente de oposición.
Por eso la alcaldía, a través de la Alta Consejería para las Víctimas, brindará no solo respaldo político sino apoyo logístico a la movilización.
Otro personaje de la izquierda interesado en los frutos del 9 de abril es el representante a la Cámara del Polo Iván Cepeda. Desde el inicio mismo de la iniciativa, Cepeda se ha mostrado muy activo y hace poco señaló que “no se les puede decir terroristas a los colombianos que quieren la paz, pues es un derecho que nos otorga el artículo 22 de la Carta Constitucional. El derecho de exigirla y de tenerla”.
Luego de aparecer en el tercer encuentro de Zonas de Reserva Campesina, donde la mayoría de los asistentes pertenecían a la Marcha Patriótica, Cepeda llega al nueve de abril a buscar un espacio político. A pesar de que las directivas de su partido consideran que esta movilización es para “reelegir a Santos”, el representante podría hacer parte del frente de oposición como una ficha clave.
Apoyo popular a los diálogos
El gobierno nacional y los partidos que conforman la mesa de Unidad Nacional también harán parte de la movilización del 9 de abril. Luego de la cuarta Cumbre de la Asociación de Ciudades Capitales, realizada el pasado 28 de febrero en Chocó, el mandatario alineó a los alcaldes y a varios congresistas a que convocaran la movilización.
“Aquí en esta reunión se invitó y se acogió la necesidad de participar en una manifestación el 9 de abril en apoyo a este proceso que se está organizando en el país y nosotros, todos los alcaldes y el Gobierno Nacional, allá estaremos presentes como una forma de darle apoyo a este proceso que ojalá pueda terminarse a la mayor brevedad posible”, señaló Santos en el pacífico chocoano.
Desde que inició el proceso de paz, esta será la primera movilización popular. El gobierno, al sumarse a esta iniciativa, pretende generar una voz de respaldo a este nuevo intento de superar el conflicto armado de manera negociada.
Incluso, es posible que el presidente Santos haga un importante anuncio en esta materia el próximo martes, ya que habría acordado en el consejo de ministro de esta semana enfilar todas las baterías de la paz hacia esta iniciativa.
La voluntad política del gobierno frente a la movilización del 9 de abril tiene hecho en la mesa de Unidad Nacional. Varios partidos, incluyendo el de la U, se han sumado a la iniciativa y los liberales, autores materiales de la Ley de Víctimas, estarán presentes en los actos que se realicen ese día.
La idea del gobierno es utilizar esta movilización, como ya lo hizo hace meses en Necoclí, como una plataforma para mostrar respaldo popular a la agenda de La Habana y a los diálogos de paz. Santos no va a marchar por las calles de Bogotá pero ya prepara un posible discurso ante los marchantes.