Estados Unidos dijo el sábado que las otras economías ricas del mundo se están acostumbrando a los planes de política del presidente Donald Trump, pero Europa y Japón mostraron que aún están preocupados por el cambio en Washington.
Representantes del G7 se reunieron en el sur de Italia con la expectativa de conocer más sobre los planes de Trump, que temen reavivarán el proteccionismo y provocarán un retroceso en el enfoque global hacia temas como la reforma bancaria y el combate contra el cambio climático.
“No queremos ser proteccionistas, pero nos reservamos el derecho de ser proteccionistas en la medida en que creamos que el comercio no es libre y justo“, dijo el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, en una conferencia de prensa al final de una reunión de ministros de Finanzas del G-7.
Otros ministros del G-7 dejaron claro que no comparten la visión de Mnuchin. “Los otros seis (…) dijeron de forma explícita a los representantes del Gobierno estadounidense que es absolutamente necesario seguir con el mismo espíritu de cooperación internacional”, dijo el ministro de Finanzas de Francia, Michel Sapin.
El gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, dijo que la continua incertidumbre sobre la dirección de la política estadounidense representa un riesgo, replicando las palabras del ministro de Finanzas japonés, Taro Aso, que el viernes dijo que “no debemos dar marcha atrás en el libre comercio, que ha contribuido a la prosperidad económica”.
Los representantes del G-7 se quejan de que nadie sabe qué entiende Estados Unidos por “comercio justo” y que la única forma de establecer la justicia es apegarse a las reglas de la Organización Mundial de Comercio, un marco de trabajo multilateral.
También dijeron que la demanda estadounidense de equilibrar el comercio de forma bilateral no es económicamente sólida, porque los deficits y superavits comerciales sólo pueden ser analizados dentro de un contexto global.
Un funcionario japonés dijo el sábado que aún hay incertidumbre sobre la velocidad a la que la Reserva Federal subirá sus tasas de interés, pero que las mayores dudas son sobre las posibles exenciones tributarias que podrían avivar a una economía estadounidense que ya está en recuperación.