Las venas abiertas de Transmilenio

Portales destrozados por falta de mantenimiento y por vandalismo, buses averiados por uso excesivo y por agitadores en las protestas, colados, y falta de cultura ciudadana son algunos de los problemas que tienen en jaque a Transmilenio. ¿Cuánto le cuesta a la ciudad el mantenimiento del sistema de transporte masivo? Aquí se lo contamos.

Transmilenio pasó de ser el sistema estrella de transporte masivo de Bogotá a ser una verdadera pesadilla para los capitalinos. Inseguridad, demoras, hacinamientos en los articulados y estaciones son apenas algunos de los problemas.

Transmilenio se empezó a construir en 1998 durante la primera administración de Enrique Peñalosa y se inauguró en el 2000 con la primera fase que estaba compuesta por las troncales de la Avenida Caracas y la Calle 80.

Desde entonces, aunque este sistema se pensó como una solución a los problemas de movilidad de la ciudad, con el pasó de los años y de cuatro alcaldías más, los problemas estructurales se fueron agudizando.

Pero, no solo problemas de tipo estructural han sido los defectos de este medio de transporte. El detrimento patrimonial que éste ha generado a la ciudad no ha sido de poca monta. Por ejemplo, a principios de este año la administración Distrital subió el precio del pasaje: de 1.800 pesos pasó a 2.000 pesos. Una medida que tomó la Alcaldía porque, según estudios técnicos de Transmilenio, el sistema sufre un déficit financiero producido principalmente por las personas que lo usan sin pagar, es decir los ‘colados’.

Este tan solo es uno de los inconvenientes que aqueja al sistema. Un informe, del concejal Juan Carlos Flórez, revela que a los bogotanos les cuesta más de 2 mil millones de pesos al año el mantenimiento, solamente de las puertas de las estaciones. De las 2.589 puertas habilitadas, 549 no sirven.

El documento afirma que, una de cada cinco puertas de Transmilenio no está funcionando. La troncal más afectada es la de las Américas: el 45 por ciento de las puertas no funcionan y “una de las estaciones más críticas es la estación Ricaurte en la que transitan en promedio 237.400 personas a diario”.

Frente a este informe, la empresa del sistema masivo de transporte, informó que hasta la fecha tienen un reporte que confirma que, de las 2900 puertas, 435 están dañadas. Además, explicó que, en 2015, los usuarios tuvieron que pagar 7.500 millones de pesos, solo en reparaciones de estos daños. Es decir, a los capitalinos les cuesta cinco millones de pesos reparar cada puerta. Sin embrago los daños también se producen porque los mismos usuarios las bloquean, sobre todo en horas pico.

Otra de las denuncias que hace el informe del cabildante, es que las puertas “’anticolados’ que recién cumplen un año de uso (que fueron instaladas en la administración de exalcalde Gustavo Petro) y que tuvieron un costo unitario de 4,3 millones de pesos, ya están averiadas y permanecen abiertas permitiendo el ingreso de personas, en su mayoría estudiantes, sin pagar”.

Las estaciones más afectadas son la calle 45 y 57, en la troncal Caracas norte. Por otro lado, señala que, “en Terreros, al sur de Bogotá en el municipio de Soacha, luego de los desmanes del pasado viernes 13 de febrero, algunas de las puertas “anticolados” del segundo vagón de la estación, que aún no se ha estrenado, fueron averiadas”.

Frente a esta situación el concejal, denuncia que hasta la fecha no ha habido una solución integral, por parte de Transmilenio, que permita no solo que de una vez por todas se reparen las puertas, sino que las personas se sigan ‘colando’ al sistema; “a pesar de que la gerente del sistema, Alexandra Rojas, anunció, desde el pasado 15 de enero, la creación de una gerencia anticolados y un aumento de los operativos policiales para solucionar este problema”, recuerda Flórez.

Flórez, reitera su preocupación al decir que, dichos anuncios solo quedaron en palabras “mientras que el fenómeno de los ‘colados’ persiste y tiende a empeorar debido a la falta de acciones contundentes e inmediatas frente al mal estado de las puertas en el sistema, que terminan, literalmente, abriéndoles a miles de personas, diariamente, el camino para ingresar a las estaciones sin pagar”.

Sobre esta observación, Transmilenio dijo que, lo que va del año 2016 “se ha invertido en el mantenimiento de puertas ya asciende a 580 millones de pesos”. La empresa explicó que, hay un contratista de mantenimiento, que consta de cuatro cuadrillas, distribuidas por zonas, que priorizan su trabajo principalmente antes y después de las horas pico”.

Con este panorama a la administración Distrital solo le queda el camino de tomar acciones rápidas y efectivas para evitar que no solo se siga produciendo un detrimento al erario público de los bogotanos, sino que los usuarios de Transmilenio se sientan satisfechos con el servicio. Pero también es hora de que los usuarios se apropien del sistema y lo cuiden para no incurrir en gastos de mantenimiento por vandalismo que luego se trasladan al bolsillo de los ciudadanos.