Este jueves llega a las salas de cine del país Rogue One: una historia de Star Wars, protagonizada por Licity Jones, Diego Luna, Donnie Yen, Wen Jiang, Mads Mikkelsen, Alan Tudyk.
Rogue One relata un episodio decisivo de la saga Star Wars: un grupo de rebeldes quiere asestar al Imperio y dar un golpe decisivo robando los planos de la Estrella de la Muerte. Estamos, según el reloj, en el momento exacto que precede al Episodio IV, el primero que rodó Lucas en 1977.
Pero, además de enriquecer ese extenso calendario, Rogue One desde su aparente (y equívoco) aislamiento frente al resto de la historia orgánica de Star Wars no hace más que potenciar y perfeccionar el camino de regreso a las fuentes que J. J. Abrams inició con el Episodio VII, sobre todo para la generación que creció en paralelo con la evolución de la saga.
Más humana y menos especulativa que sus predecesoras, Rogue One es el relato de una misión tan arriesgada como la que podrían enfrentar en otra dimensión los “indestructibles” de Stallone o los Siete Magníficos del western, aunque en este caso el sostén fundamental del heroísmo del grupo está marcado por el liderazgo de una joven mujer, Jin Erso, construida a pura convicción y entereza por Felicity Jones.