La cara más B de Colombia cuajó un buen papel en Brasil a pesar del mal resultado. El partido al menos le sirvió a Pékerman para sacar conclusiones positivas y negativas de un encuentro donde, si bien no pudo servir como práctica para lo que se verá en eliminatorias, sí que fue una buena prueba para que conociera otras variantes para un futuro llamado.
Lo mejor
– Mateus Uribe
Fue lo más destacado de un partido en el que se jugaban bien poco, o más bien nada. El volante de Nacional para nada se tomó el encuentro como un picadito. Se esforzó al quite, en cada cruce del juego, aplicado y ordenado como si de un encuentro oficial se tratara. Para Uribe no fue ni mucho menos el Partido de la Amistad. Su desgaste continuo se hizo evidente en un centro del campo que sufrió bastante las contras de los brasileños. Su ida y vuelta fue clave para que el equipo no se descompusiera en más de una situación.
– La idea de juego
Si algo hay que reconocerle a los nuestros ayer, es la fidelidad que mantuvieron a su idea de juego. Más allá del mal resultado y de los errores que pudieran cometer, el bloque propuso un discurso fiel a lo que viene mostrando en los últimos años. Mandando sobe el césped por medio de la pelota. Colombia fue superior en juego, dominó el esférico durante la mayor parte del encuentro y mostró más intenciones e ideas que su rival. Su error residió en no concretar las ocasiones de las que dispusieron, pero nadie podrá negarle a los nuestros que tienen un plan de juego claro y que morirán siendo leales a ese estilo.
– Macnelly Torres
Fue el gran conductor del juego de la Selección. Macnelly encontró siempre el último pase y buscó a sus compañeros constantemente. Cuando el balón caía de su lado, la jugada adquiría sentido. Sus pases verticales fueron la mejor arma de los nuestros en Brasil. Macnelly se confirmó como uno de los principales creadores de juego de Colombia. A falta de james, Macnelly se puso la ’10’.
Lo peor
– La defensa
El peor sector del equipo en la noche de ayer. Sobre todo un Aguilar que se llevó la parte más cruda por su displicencia en el gol de Brasil, al marcar tan débilmente el primer remate de Souza. Perdió la concentración en una de las pocas avanzadas que realizó el rival y el equipo terminando pagando los platos rotos. Aunque, siendo fríos, tampoco se puede cargar de culpa a la línea defensiva -menos aún a un Tesillo que salvó los muebles-. El bloque en conjunto falló a la hora de hacer el repliegue en cada ataque de Brasil. Siempre cayeron en los cruces individuales en lugar de hacer la presión en grupo. Tácticamente dejaron mucho que desear.
– Un equipo sin gol
Es uno de los problemas que está sufriendo Colombia en los últimos meses. La Selección lleva tiempo negada de cara a la portería, penando en exceso para la cantidad de ocasiones que crea. En partidos amistosos como los de ayer es un tema insignificante, pero es en los oficiales donde este déficit puede suponer un grave problema. En las eliminatorias ya se hizo evidente esta falencia en el plantel. Hay falta de gol en el equipo.
– La falta de autoridad
Da igual que fuese un partido amistoso o uno oficial. Colombia volvió a mostrar una falta evidente de autoridad sobre el campo. Contra la Brasil más accesible que se haya podido enfrentar nuestro elenco en mucho tiempo, fracasaron a la hora de imponer su categoría sobre un equipo francamente peor en cuanto a calidad. Colombia disfrutó del balón y dominó en el juego. Jugó como siempre, para fallar como siempre. Pecaron de inocentes ante un equipo que sí tuvo la convicción para llevarse el encuentro sin ni siquiera merecerlo. En el aspecto mental volvieron a naufragar.