López

⸻¡López! ¡López! ¡suéltese maricón!⸻ López cae al suelo, trastabillando torpemente sobre el techo del Palacio de justicia para buscar cobertura en la pared. Desde lo alto ve como el tanque se acerca a la puerta de vidrio. El casco negriblanco no es de su talla, el fusil se le resbala de las manos llenas de sudor, el pelotón aguarda la orden para infiltrarse desde el techo. López no deja de pensar en su madre, es el mediodía, ya debe estar atosigada de clientes en el almorzadero del Restrepo. Sudorosa por los humos de la cocina, intentando incesantemente limpiarse las manos con el delantal, mientras uno y otro le gritan para que vaya a auxiliar sus estómagos vacíos.

⸻¡López! ¡López! ¡Muévase!⸻ El pelotón bajó en bandada por las escaleras, López de últimas, con granadas y disparos allanaron el camino del último piso, los guerrilleros huyeron rápidamente para apertrecharse en el cuarto piso. El tanque rompe con facilidad la entrada principal de Palacio disparando el cañón, a sangre y fuego el ejército toma la primera planta. ⸻¡López! ¡López! ¡Fuego!⸻ López dispara contra los baños de la cuarta planta, mueran guerrillos hijueputas, piensa. Cesa el ruido de la metralla y las explosiones de granadas, López entra en el baño para caminar sobre camuflados roídos, teñidos de rojo, pisa un traje de seda, elegantísimo, que gime al contacto y se tropieza con unos pantalones caqui, cercenados del resto del conjunto.

Suena en la radio del restaurante: Somos rehenes del M-19… si no cesa inmediatamente el fuego habrá una hecatombe, la gente está dispuesta a conversar, pero no hay manera de hablarlo… mientras no haya cese inmediato del fuego” (Reyes Echandía).

⸻¡López! ¡López! ¡Baje a los prisioneros!⸻ Sale López por la puerta principal con una mujer que se apoya en su hombro, la sobreviviente usa el mismo colorete rojo de su madre. El público que se reúne tras las barricadas los saluda con aplausos y hurras. López entrega a la mujer a un soldado en la Casa del florero. Siente otra vez su propia respiración, no lo puede creer, las manos le tiemblan, pero tiene una sonrisa alegre, recuerda la sonrisa amplia de su madre, la abraza en la memoria. ⸻¡López! ¡López! Quédese cuidando la puerta⸻, el soldado dirige su mirada al firmamento a través del patio, se recuesta sobre la pared incómodo, de la puerta salen acusaciones, sollozos y gritos, iniciaron los interrogatorios. López intenta dibujar en el cielo el escudo de millitos, cierto que hoy había clásico, ¿cómo irá el partido?

⸻¡López! ¡López! ¡vaya a alejar a los medios! Límpiese esas lágrimas, no sea maricón o lo pongo en el interrogatorio⸻, ⸻¡Sí mi comandante!⸻, el soldado saluda y sale del edifico sin lograr abrocharse el casco. En la noche, López observa al coronel Muñoz Sastoque, rodeado de cámaras: coronel ¿cuál es la instrucción que se tiene en este momento? ⸻Mantener la democracia maestroLópez dirige su mirada a la Casa del florero y hacia el Palacio en llamas, toma con fuerza su rifle, como si en realidad sostuviera su sexo, y esboza una sonrisa, que honor es poder defender la democracia, a mi madre.

Nota: La locución de Alfonso Reyes Echandía fue extraída de: Señal memoria. (6 de noviembre de 2020) El magistrado Alfonso Reyes pidió al gobierno de Belisario Betancourt decretar un cese al fuego. Youtube. [https://www.youtube.com/watch?v=pHE3Cta-SIQ].

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