Magnates rusos y árabes se reparten los 10 yates más grandes del mundo.
AZZAM
El barco de recreo de Steve Jobs, de 78 metros de eslora y valorado en más de 100 millones de euros está en aguas de Palma de Mallorca. Considerado como uno de los mejores en cuanto a diseño se refiere, lo cierto es que cofundador de Apple no quiso hacer alarde de ostentosidad, tanto es así, que no está entre la lista de los diez yates más grande y caros del mundo.
El primer puesto lo ocupa AZZAM, el yate más grande del mundo con 180 metros de largo, equivalente a doce autobuses de dos pisos. Impulsado por dos turbinas de gas y dos motores de diésel, es también el más rápido, con 94.000 caballos de fuerza.
Aunque se desconoce quién es su dueño, se cree que es el jeque Khalifa Bin Zayed Al Nahyan, presidente de los Emiratos Árabes que, dicen, ha desembolsado 622 millones de euros.
Otras voces señalan al multimillonario Al-Waleed bin Talal, miembro de la Familia Real Saudí, y que ya posee un Boeing 747 y un Airbus A380 que, en su interior, alberga más de 200 kilos en oro, repartidos en estatuas y otros adornos decorativos.
ECLIPSE
Propiedad del magnate ruso Roman Abramovich, tiene casi 170 metros de eslora, lo que le convertiría en un crucero de tamaño medio.
Los 340 millones de euros que ha costado han servido diseñar sus nueve pisos, construir dos helipuertos, jacuzzis, cine y estar equipado con sistemas de detención de intrusos además de unsistema de defensa anti misiles de fabricación alemana.
Como curiosidad, las ventanas de la habitación principal están construidas con vidrio blindado.
DUBAI
Con once pequeños apartamentos para hospedar a al menos 25 personas, este yate tiene no sólo helipuerto y varias piscinas, también un pequeño submarinocon el surcar el fondo del mar.
Es propiedad de Mohammed bin Rashid Al Maktoum, gobernante del Emirato de Dubái y Primer Ministro de los Emiratos Árabes Unidos, después de que fuera encargado por uno de los hermanos del sultán de Brunei, que desembolsó 250 millones de euros, 30 de ellos del dinero de las arcas públicas del país.
PELORUS
Propiedad de Roman Abramovich. De sus interiores no se conoce apenas nada, salvo que tiene veinte habitaciones ya que el multimillonario quiere mantener la privacidad absoluta de su familia.
Tiene lanchas de abastecimiento a bordo y un garaje lleno de ‘juguetes’ como motos de agua y fabricantes de olas artificiales.
OCTOPUS
En su interior tiene dos helipuertos, siete pequeñas embarcaciones y submarinos con capacidad para diez personas que habrá usado o no su propietario, Paul Allen, cofundador con Billa Gates de Microsoft.
Su interior ha sido diseñado por Jonathan Quinn Barnett, basado en Seattle la ciudad de Microsoft. Tiene una piscina, una sala de cine, un estudio de música y un suelo de cristal sobre el cual los huéspedes pueden contemplar la vida submarina bajo sus pies.
Se estima que para su mantenimiento y puesta en marcha son necesarios 20 millones de euros.
A
Parece un barco de National Geographic o uno de cualquier película de ficción. Sin embargo, es del multimillonario Andrei Melnichenko, uno de los grandes nombres de la banca rusa, y eso que sólo tiene 36 años.
El misterioso nombre, dicen, proviene de la primera letra del nombre de su esposa, la modelo serbia Alexandra Kokotovich.
Fue diseñado por el francés Philippe Starck que sorprendió a todos por sus modernas líneas y su proa afilada, un capricho que costó 250 millones de euros, a lo que hay que sumar que, cada vez que se llena el depósito hay que desembolsar medio millón de euros.
DILBAR
La construcción de sus motores continúa siendo un enigma ya que es el primer yate del mundo que tiene capacidad ecológica. Tanto e así, que los ingenieros pusieron enorme atención en tecnologías destinadas a favorecer el desarrollo sostenible como, por ejemplo, filtros de hollín.
LE GRAN BLEU
Este también es propiedad de Abramovich. Al igual que los anteriores poco se conoce de cómo son sus interiores, debido a la privacidad.
En la actualidad quien lo usa es Eugene Shvidler, amigo de la infancia que lo acompaña a todos lados y que está al cargo de sus finanzas, quien podrá disfrutar, por lo que se sabe de un helicóptero, un velero y un submarino.
Se desconoce quién es su dueño.
AL-MIRAQAB
Terminado de construir en 2008 después desembolsar más de 200 millones de euros, tiene espacio para casi 60 personas, siempre y cuando sean invitadas por su dueño, el amir de Qatar Hamad bin Chalifa Al Thani, que hace unos días abdicaba en su hijo.
Entre las comodidades hay una sala de cine, bares, jacuzzi interior y exterior y un helipuerto. Además, tiene una zona para entrenar deportes acuáticos y para guardar motos con las que surcar las olas.