Los conflictos internacionales se han sucedido vertiginosamente en lo que llevamos de año. En febrero se desencadenó el enfrentamiento entre ucranianos y prorrusos. Marzo vivió la escalada de acciones terroristas de la milicia radical islamista de Boko Haram en el África subsahariana. Libia continuó su desintegración a lo largo de la primavera. Y en julio se reavivó uno de los conflictos más antiguos del planeta, el que enfrenta en Gaza a israelíes y palestinos.
Cada nuevo estallido de violencia eclipsaba las situaciones de crisis más antiguas y que aún permanecen sin resolver: Afganistán, Irak, Siria, Egipto… Y dejaban a un lado, olvidados, los conflictos que saltaron por días o semanas a los medios internacionales, como los de República Centroafricana, Kenia, Sudán del Sur, Venezuela o Tailandia.
Tanto conflicto, a cada cual más violento y con más muertos, ha avivado la sensación de que 2014 está siendo un año de agitación mundial. International Crisis Group, una organización independiente sin ánimo de lucro, elabora un boletín mensual en el que se realiza un seguimiento de todos los conflictos a lo largo y ancho del planeta y su evolución. Los datos corroboran esta hipótesis: hasta 70 situaciones conflictivas se están dando en la actualidad en el mundo.
África, con 29, es el continente en el que se registra mayor número de conflictos. Mientras en el África subsahariana se acumulan los problemas militares, terroristas y políticos, en el Magreb el mayor problema tiene que ver con el terrorismo y la lucha por el poder de las diferentes facciones. Asia es la otra región que supera la decena de situaciones conflictivas, en su mayoría de carácter político.
Por tipo de conflictos, los políticos son los más numerosos, seguidos de las crisis por terrorismo, si bien los límites entre los diferentes tipos suelen ser bastante difusos. Por su parte, trece disputas enfrentan a dos países, de las cuales cuatro tienen lugar en Asia.