Los Eco-retos

En medio de esta ‘Vuelta a Colombia’ del presidente Santos, algunos temas se han quedado sin tocar, a pesar de la importancia que tienen para el país. En medio de la crisis política de Colombia, surgen nuevos retos ambientales para el mandatario colombiano.

Después de dos años de haberse posesionado el actual mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, es cada vez más largo el camino que el Jefe de Estado debe recorrer para cumplir con ciertos retos que se van presentando y que son inherentes a sus funciones.

Con el cambio climático, las crisis ambientales y los daños que los mismos seres humanos hemos causado al planeta, día a día se incrementan las medidas de emergencia que el Gobierno colombiano deberá tomar para darle solución a algunos problemas ambientales que azotan nuestro país.

Hace dos años, Colombia estaba completamente afectada por los daños que dejó el paso del Fenómeno de la Niña en el país. El periodo presidencial de Santos inició en medio de las medidas de contingencia, las inundaciones, los derrumbes y la necesidad del pueblo colombiano de recibir ayudas del Estado.

“Al Gobierno de Santos, apenas comenzando, le correspondió enfrentar una grave crisis ambiental desatada por un Fenómeno de La Niña extraordinariamente fuerte, que dejó al descubierto que los territorios colombianos habían perdido su capacidad para resistir los efectos de los fenómenos climáticos extremos”, manifiesta Gustavo Wilches Chaux reconocido ambientalista de nuestro país.

El especialista en Derecho y Ciencias Políticas, a quien además se le atribuyen grandes logros en el sector ambiental del país, considera que “zonas y comunidades del país, que hasta hace poco estuvieron inundadas, ya comienzan a padecer los efectos del incremento de temperatura, incendios forestales y de falta de agua” lo que incrementa además la urgencia con la que el Estado debe actuar para frenar o amortiguar los daños.

“En Colombia estamos acostumbrados a pasar sin solución de continuidad de las emergencias invernales a las emergencias por sequía. Una buena política ambiental debería lograr que en corto, en el mediano y en el largo plazo eso no siguiera sucediendo” manifiesta el catedrático.

Dicho de alguna manera, el Gobierno del presidente Santos debe estar en capacidad de adaptarse a los cambios de la naturaleza, para generar no solo medidas de emergencia en medio de alguna crisis ambiental, sino medidas permanentes, duraderas y que solucionen los problemas que se han dejado crecer desde administraciones anteriores.

Los daños ambientales causados a nuestro territorio por la falta de políticas y ejecución de medidas, se ven y se seguirán viendo manifestadas en lo que hoy vivimos con los cambios de estación. Hace un tiempo, Santos anunció la llegada del ‘verano’ en medio de fuertes lluvias que dejaron inundaciones y daños humanos y materiales en el país, hoy estamos ante la posibilidad de enfrentar nuevos daños por la inminente sequía que se avecina.

“Si, como parece y como lo pronostican los modelos climatológicos, se consolida en el país una temporada de fuerte sequía, vamos a saber si ecosistemas, instituciones y comunidades hoy, están al menos un poco mejor preparadas que antes para absorber los efectos de esa sequía sin que se conviertan en desastres” manifiesta Gustavo Wilches.

Santos le dio la cara al medio ambiente


Aunque hay cosas que han cambiado y se han generado en este gobierno, como la creación de las carteras de medio ambiente y desarrollo sostenible dentro del Ministerio de ambiente, encabezado por el ministro Frank Pearl, y el papel de Sandra Bessudo dentro de la alta consejería, siguen existiendo proyectos por ejecutar y cumplir.

“El Estado ha invertido muchos millones de pesos en obras de infraestructura. El Niño dirá si esas obras se realizaron y se siguen realizando como componentes de una planificación y de una gestión ambiental adecuada, o si se llevan a cabo de manera aislada, únicamente para controlar las manifestaciones puntuales más visibles del desastre, pero no sus causas ecológicas, económicas, políticas, parapolíticas y sociales”, ostenta Wilches.

Y si bien se han creado políticas ambientales, lo que ha faltado han sido las garantías para que estas se cumplan no solo por parte del Gobierno, también, por parte de la población que en pocas ocasiones conoce alguna política de gestión del riesgo. Más allá de las necesidades que nos generen las emergencias ambientales, siempre será bueno pensar en las repercusiones a futuro que puede causar una de estas.

La culpa es de todos


Tratando de hallar un culpable en el caos ambiental que hemos vivido por años, lo más común es escuchar, ver, sentir o hasta creer, que la culpa de todo la tiene el cambio climático que genera desastres naturales.

Más allá de eso, hay trabajos que se han dejado de hacer y medidas que se han dejado de tomar, por ejemplo, los daños a los oleoductos, producidos por frentes guerrilleros de país, han causado el derrame de miles de barriles de petróleo, en este punto la pérdida económica no supera los daños ambientales que deja un derrame de crudo en algún ecosistema.

Los derrumbes, inundaciones y la pérdida de ecosistemas son la muestra de lo afectado que está nuestro territorio por los daños ambientales y a pesar de ser uno de los países con mayor diversidad en flora y fauna, no conocemos las verdaderas consecuencias de estas crisis.

Por su parte, Gustavo Wilches cuestiona algunos trabajos de minería del actual Gobierno, con las repercusiones en el medio ambiente, “Más allá de las buenas intenciones y de las palabras, ¿cómo van a compatibilizar la locomotora minera con la necesidad de conservar la integridad y la diversidad de los ecosistemas?, ¿cómo van a garantizar una seguridad alimentaria de las comunidades que no dependen de la importación de alimentos sino del fortalecimiento de la economía campesina?, ¿cómo se va a garantizar la capacidad de los ecosistemas para proveernos de agua?”

El ambientalista concluye afirmando que es necesario que tanto las comunidades como el Gobierno mismo, se pongan al tanto de la importancia de proteger el medio ambiente y ejercer control en estas crisis, “si el país está avanzando en esa dirección, la política ambienta, en su desarrollo general, será un éxito. De lo contrario, será un absoluto y muy costoso fracaso”.