Con la sorpresa por la renuncia del Papa Benedicto XVI que ha conmovido a muchos feligreses y por la cual ya los sectores políticos del Vaticano se han empezado a mover, muchos se preguntan qué pasará con los procesos que este pontificado afrontó, como los Vatileaks y los casos de pederastia.
“El Papa Benedicto XVI tendrá poderes plenos hasta las 20 horas (…) del día 28 de febrero”, detalló el padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, en la rueda de prensa convocada de urgencia en el vaticano.
En marzo va a celebrarse un conclave para elegir a un nuevo Pontífice, de tal modo que para Pascua la iglesia católica tendrá un nuevo Papa.
Aun no se sabe qué tanto pesó los escándalos relacionados con los correos personales del Papa que develaban corrupción y manejos políticos inadecuados en el Vaticano, en la decisión del Pontífice alemán. Tampoco, las denuncias sobre pederastia en contra de los sacerdotes de la Iglesia.
En los últimos tres años llegaron al Vaticano 1.800 denuncias de casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos y la mayoría de los mismos ocurrieron entre 1965 y 1985, informó hoy el “promotor de Justicia” (fiscal) de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Robert Oliver.
El estadounidense Oliver, nombrado recientemente “Promotor de Justicia” del ex Santo Oficio en sustitución del maltés Charles Scicluna, así lo manifestó durante la presentación en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma de las actas del simposio “Hacia la curación y la renovación”.
Dicho simposio se celebró el pasado año en ese mismo lugar para afrontar los casos de curas pederastas.
El mayor número de denuncias se produjo en el año 2004, cuando llegaron al dicasterio vaticano 800 denuncias.
Oliver, cuya congregación es la que se ocupa de esos delitos, señaló que las denuncias llegaron de todas las partes del mundo.
La congregación para la Doctrina de la Fe envió en 2011 a todas las conferencias episcopales de todo el mundo una guía para afrontar, de manera “coordinada y eficaz”, los casos de curas pederastas.
Oliver señaló que han recibido respuestas de tres cuartas partes de las conferencias y que las que no lo han hecho todavía son las africanas.
El fiscal vaticano precisó que esas guías recogen las indicaciones del papa Benedicto XVI para afrontar esos casos y que no vuelvan a ocurrir más, y que son “asistencia a las víctimas, protección de los menores, formación completa en los seminarios, apoyo a los abusados y colaboración con la justicia”.
Oliver subrayó que las autoridades religiosas tienen que colaborar “obligatoriamente” con las civiles en materia de abusos sexuales contra menores, ya que se trata de delitos.
Agregó que, incluso en los países donde ese aspecto no está regulado por leyes específicas, “para la Iglesia sigue siendo una obligación moral colaborar con las autoridades civiles”.
Durante el simposio se anunció la creación del Centro para la Protección del Niño, con sede en Munich (Alemania), por parte de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, la Universidad alemana de Ulm y la archidiócesis alemana de Munich, para impartir a distancia formación para profesionales que se ocupen de estos casos.
El centro contó con socios en Argentina, Ecuador, Alemania, Ghana, India, Indonesia, Italia y Kenia. El fiscal Oliver resaltó hoy la labor que está realizando y precisó que si no se han creado sedes en países como EEUU, donde el número de caso de pederastia es muy alto, se debe a que este país ya ha adoptado amplias medidas para afrontarlos.
Durante el simposio, el cardenal William Levada, por entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, desveló que un total 4.000 casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos llegaron al dicasterio en los últimos diez años, a la vez que admitió que la respuesta que dio la Iglesia fue “inadecuada”.
Esos casos han costado ya a la Iglesia Católica a nivel internacional más de 2.000 millones de dólares, según informaron los expertos estadounidenses Michael Bemi y Patricia Neal.
Sobre las personas que sufrieron abusos, Bemi y Neal señalaron que todavía no existe un estudio a nivel mundial, pero que sólo en EEUU se estiman unas 100.000, a las que hay que sumar los cientos de víctimas de los casos denunciados en Irlanda, Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, India, Holanda, Filipinas y Suiza, entre otros países.
Con EFE.