Los fotógrafos de los ataques con ácido

Un año después de que Natalia Ponce de León fue atacada con un agente químico que le desfiguró el rostro; la joven de 33 años, apareció por primera vez en público para presentar el libro que recopila su historia. El texto de carácter investigativo fue escrito por la periodista Martha Soto y, cuenta además con una fotografía de Ponce de León tomada por su hermano. Por ello Confidencial Colombia, recopila los mejores cinco proyectos artísticos en los que las víctimas de ácido han sido protagonistas.

El 27 de marzo del 2014, Jonathan Vega lanzó acido en el rostro y cuerpo de Natalia Ponce de León. Mientras el agresor sigue recluido de forma preventiva en la Cárcel Picota, Ponce de León no sólo constituyó legalmente una fundación para ayudar a otras mujeres quemadas por agentes químicos, sino que prepara el lanzamiento del libro “El Renacer de Natalia Ponce de León”.

El texto de carácter investigativo fue escrito por la periodista Martha Soto, quien lleva 19 años en la Unidad Investigativa de El Tiempo.

“El libro cuenta de manera extensa, la historia del ataque desde el punto de vista de Natalia y sus allegados. Como el ataque destruye en gran parte la vida del afectado y de su familia. Así mismo de una lucha fuerte por la vida y también de un corte de cuentas a la respuesta del Estado frente a estas agresiones en el país”, explica Soto.

Sin embargo, más allá del recuento de los hechos, la publicación cuenta con una de las primeras fotografías de Natalia Ponce de León después del ataque. En la imagen que fue tomada por el hermano de la víctima, la joven aparece con el rostro cubierto por una Dama (clásica máscara veneciana), mientras cruza sus brazos sobre el pecho.

Esta no es la primera vez que una víctima de un ataque con ácido inspira expresiones artísticas; alrededor del mundo son decenas las personas que se han sensibilizado con esta forma de violencia encontrando en el quehacer plástico una manera de denunciar los abusos.

Por ello, Confidencial Colombia recopila los cinco mejores trabajos fotográficos en los que ‘los sobrevivientes’ describen sus paisajes internos y externos a través de la lente; siendo la cámara una herramienta para la narrativa personal y la catarsis emocional.