Los mejores 'hackers' del mundo, convertidos en héroes del cómic

Un informático indio y un dibujante argentino están convirtiendo en cómics las aventuras de los ‘hackers’ más conocidos del planeta. El resultado es una fascinante mezcla de arte y tecnología.

Son Charlie Miller y Chris Valasek, quienes este verano ponían los pelos de punta a medio mundo demostrando cómo se hackea un Jeep. Son Mikko Hypponen y Xylitol, considerados entre los mayores expertos en virus. Es Ross Ulbricht, creador del más famoso mercado negro de los bajos fondos de internet. El empeño de un hacker indio y un dibujante argentino está convirtiendo en cómics las aventuras de los más conocidos hackers del planeta. En breve las recopilarán en dos libros.

El hacker español Francisco Alonso (@Revskills) vive tranquilo en una cabaña del bosque con su perro lobo, cuando aparecen unos hombres de negro. Le explican que pronto hay elecciones en su país y requieren sus servicios para manipular las máquinas de votos. Mientras hablan, el hacker accede al teléfono de uno de ellos y, vía bluetooth, al ordenador de su coche, y descubre que está registrado en la calle Génova. Revskills se niega a cooperar y los hombres se marchan, pero antes mete un bicho en el teléfono, a través del cual podrá escuchar sus conversaciones y geolocalizarlos. Así empieza una aventura para descubrir quién está realmente detrás del encargo.

¿Qué parte es verdad y qué parte es mentira? “La historia del cómic, como todas las del proyecto HackerStrip, está basada en hechos reales y ficción, queda a la elección del lector saber qué partes corresponden a cada una”, explica Francisco Alonso, el único español que aparece, de momento, en uno de los cómics de HackerStrip. Y añade: “Ravi Kiran, el autor, me contactó interesado en escribir un episodio sobre mí, yo por aquel entonces estaba en República Checa, trabajando en el equipo de seguridad de la multinacional americana Red Hat”.

La idea le gustó porque, explica, mezcla dos cosas que le fascinan, el hacking y los cómics, “dándole un toque especial pues los personajes son hackers de carne y hueso, personas que destacan en diferentes sectores de la seguridad informática y se entremezclan historias reales con toques de ficción”. En su caso, las referencias técnicas son reales, producto de sus propias investigaciones: “Una sobre ingeniería inversa de una máquina de voto electrónico y otra sobre explotación y forense en algunos modelos de centralita de coches”.

Ocio para ‘hackers’


Ravi Kiran (Raak) inició en febrero de 2014 este proyecto de cómics de hackers hechos por hackers para hackers. “No existen muchas opciones de ocio para hackers, por eso decidí crearlo”, explica. El argentino Santa hace los dibujos y Raak se encarga de los storyboards, los guiones y la promoción: “Los investigadores nos mandan sus historias y nosotros las editamos y añadimos algo de ficción”.

El principal problema del proyecto es el dinero: “Estamos buscando nuevos espónsors porque vivimos sólo de los patrocinios de las empresas”, asegura Raak. A cambio, los logos de sus mecenas aparecen en los cómics. Realizaron una campaña de crowdfunding pero no consiguieron lo esperado. Revskills lo tiene claro: “HackerStrip no ha sabido venderse, aunque es algo que gusta mucho a la gente”. De hecho, según Raak llevan contabilizadas medio millón de visitas, siendo el principal punto de acceso al proyecto su perfil en Twitter: @Hackerstrip.

De todas formas, no extraña en un proyecto hacker que prevalezca la creatividad por encima del marketing o la búsqueda de dinero. Aunque sea más lentamente, van apareciendo nuevas entregas que los fans esperan ansiosos. Hasta ahora han publicado 9 historias, que están a disposición de todo el mundo, con acceso libre a todas sus páginas, en Github y Exposure. Además, en Facebook y Twitter publican de vez en cuando, como pequeños regalos, historias cortas o alguna viñeta.

Técnicamente impecables

En un estilo inconfundiblemente ciberpunk, los cómics del proyecto HackerStrip son de una irrebatible impecabilidad técnica, empezando por las caricaturas que retratan fielmente a los hackers reales y siguiendo por las pantallas que muestran exactamente lo que muestra una pantalla real, las instrucciones de línea de comando totalmente auténticas, la jerga, y los hackers, buenos y malos, que efectivamente son gente pegada al ordenador, muchas veces con barba de dos días y amantes de las bebidas excitantes para trabajar.

Raak y Santa ultiman estos días su gran creación, una novela gráfica de 200 páginas sobre uno de los casos más sonados de la historia reciente de la seguridad informática: Silk Road, el más conocido mercado negro de la deep web, creado por Ross William Ulbricht en febrero de 2011. El FBI detuvo a Ulbricht en 2013 y empezó un largo proceso en el que se descubrieron cosas tan rocambolescas como que dos agentes federales designados para infiltrarse en Silk Road acabaron trabajando como informantes para Ulbricht.

“Todos los personajes de la novela gráfica basada en Silk Road se parecerán a gente de la industria de la seguridad”, explica Ravi Kiran. “En un par de meses”, asegura, pondrán a la venta en Amazon dos libros: el de Silk Road y otro, que recopilará el resto de cómics aparecidos hasta la fecha. “Enviaremos libros a todo el mundo que nos mande dinero”, afirma sonriendo el hacker indio. Y no piensa parar aquí: “Quiero crear una gran biblioteca digital de historias de hackers reales, con tecnología real. Sigo buscando nuevas historias”.

Mientras, Francisco Alonso ha encontrado un nuevo trabajo: investigar la seguridad de dispositivos móviles en la empresa norteamericana NowSecure. Pero sigue sin perderse ninguna nueva entrega de HackerStrip pues, dice, “si te gusta la seguridad informática, conoces o sigues a algunos de los personajes o simplemente un cómic te sirve de introducción hacia uno de ellos, verás como acabas enganchado y esperas el próximo para saber sobre quién y qué tratará. Al final, ya ves, acabé siendo yo uno de los personajes”. Y César Cerrudo, CTO de IOActive. Y Melissa, mujer hacker en Veracode. Y Basit y Amjad, creadores del primer virus informático de la historia. Y, como no, el propio Ravi Kiran. ¿Quién será el próximo?