Los penaltis acaban con el sueño de Millonarios

Millonarios murió en la cancha y acabó perdonando en los penales. Los embajadores hicieron sus deberes en los 90 minutos pero los fallos de Pedro Franco y Maxi Núñez acabaron sacándolo del máximo torneo continental. Lo mejor de la noche, un Duque que jugó por veinte en el Nemesio Camacho, aunque resultó siendo insuficiente.

Desde el principio se vio que era un partido para tener paciencia. De mover la pelota y tejer la jugada hasta encontrar el hueco preciso para meter la puntada. El problema de Millonarios era que sus dos mejores pasadores, Domínguez y Macalister Silva, no estaban en el campo y costaba encontrar otra referencia que pudiera ser el enlace del juego con el ataque.

Paranaense planteó el partido a la defensiva y esperó con calma las oleadas de los embajadores, que llegaron también con más parsimonia de la esperada. Mientras Millonarios se lo pensaba, apareció un Duque para tomarse el centro del campo. Se multiplicó por cinco volantes. Agarraba todos los balones que pasaban por su área de influencia, fue un pulmón para el equipo.

Su voluntad tuvo premio en la segunda mitad, con un gol que bien podría haber firmado Falcao. Enganche con clase y zurdazo colocado al otro palo. Un tanto calcado a los que estampó el Tigre contra Athletic en la final de la Europa League o al Chelsea por Supercopa de Europa. Una delicadeza al alcance de pocos.

El gol liquidó las pocas fuerzas que le quedaban a los brasileños. La altura hacía mella y los jugadores suspiraban por una bombona de oxígeno. Los embajadores vieron la sangre y procedieron a darle el estacazo a su rival. Lo tuvieron primero en un balón en el que Ayrin se quedó solo en él área, pero el linier no quiso conceder la posición claramente legal del ariete.

Salieron Barreto y Mosquera para dar más aire al equipo. Solo el segundo hizo caso a Russo y propuso nuevas ideas en ataque. Millonarios entró en velocidad de vértigo y acabó también siendo víctima de ello. Les sobró aceleración y les faltó pausa. Russo se percató y sacó para los últimos diez minutos a Figueroa. Más contención y ayuda para un Duque que no le hace falta apoyo. Él mismo se bastó solito y apagó cualquier intento de los brasileños.

Con el empate en el resultado global de la eliminatoria y el tiempo reglamentario cumplido, llegaron los penales. En la tanda fatídica volvieron las pesadillas pasadas de los embajadores. Encarnadas en un Pedro Franco que vive un momento muy oscuro. Nadie le negará el valor por ponerse desde los once metros, era su oportunidad para quitarse todos los vainazos que le habían echado en la última semana. Pero falló, al igual que un Maxi Núñez que fue de lo mejor del equipo en la noche. El disparo al larguero del argentino puso fin a la eliminatoria. También al sueño de los azules. Habrá que esperar otro año.