El 6 de junio una noticia sacudió a la capital del país. Con solo seis meses de posesionado, el alcalde Gustavo Petro pedía la renuncia protocolaria de los 12 secretarios de su gabinete.
En el momento aseguró que para la ejecución del Plan de Desarrollo Bogotá Humana necesitaba más gerentes, cuyo objetivo solo se podía alcanzar con este remezón; no obstante, sus críticos aseguraron que estaba improvisando.
Hoy con la misma acción por parte del gobierno central no esperó en expresar en su cuenta en Twitter “será que ahora sí se comprende qué es pedir una renuncia protocolaria a un gabinete”.
En su momento, Hábitat, Desarrollo Económico, Planeación e Integración Social, fueron los cuatro cambios, pero a ellos se sumó la renuncia de Daniel García-Peña, quien resultó produciendo un gran escándalo por la salida de su esposa del gabinete, María Valencia Gaitán, ex secretaria de Hábitat, que se enteró por los medios de comunicación de la decisión.
A estos funcionarios además se debe agregar los de la empresa Transmilenio, entre ellos Fernando Rojas y Carlos García.
Por los lados del alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, no parece haber intenciones de cambios de gabinete motivados por el mismo mandatario. Sin embargo, la salida de no menos de cuatro altos funcionarios de su equipo de trabajo, hace pensar que si bien no se considera como una crisis de gabinete, propiamente dicha, sí podría decirse que se trata de un “minirevolcón”.
El Alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, descartó la posibilidad de que se presenten cambios sustanciales en su gabinete actual y afirmó que su equipo de trabajo “está laborando muy bien, enfocados de manera rigurosa en lo planteado en el Plan de Desarrollo, Calida”.
No obstante, en febrero renunció el secretario de Salud, Juan Carlos Botero, que fue reemplazado por el médico Diego Calero y en julio se anunció la renuncia de la secretaria de Cultura, Sandra de las Lajas, quien fue reemplazada por María Elena Quiñonez, que se desempeñaba como secretaria de Desarrollo Territorial y Bienestar Social, cartera que fue asumida por Jaime Quevedo.
Y finalmente, las alcaldías que se han salvado de esta situación de inestabilidad son Bucaramanga y Barranquilla. Luis Francisco Bohórquez, alcalde de la capital del departamento de Santander, no ha realizado cambios ni los ha contemplado. La razón, señaló, es que “se acaba de construir la visión de gobierno, es decir la ruta de desarrollo de la administración”.
En Barranquilla, solamente se retiró el director del Departamento Técnico Administrativo de Medio Ambiente de Barranquilla (Damab), Humberto Mendoza.