La cantautora colombiana Totó la Momposina, habló con Confidencial Colombia de lo que significa para ella haber nacido en este país.
Sonia Bazanta Vides, más conocida como Toto La Momposino es sinónimo de alegría, fiesta y color. Cantante de música folclórica nacida en Talaigua Nuevo, Boliva, y bailarina desde niña, lleva el sabor de la gaita, la cumbia, el porro, la chalupa y el mapale metido en la piel.
Considerada una de las mejores en su género y reconocida por su vitalidad, carisma, espíritu indomable y espontaneidad, Toto lleva a la escena y al público que la venera mezcla de ritmos indígenas, de los esclavos africanos, con los ritmos españoles.
Su canto es un grito de amor a su tierra y su baile el sabor caribeño y tropical de una raza humana, alegre y feliz.
Considerada una de las mejores en su género y reconocida por su vitalidad, carisma, espíritu indomable y espontaneidad, Toto lleva a la escena y al público que la venera mezcla de ritmos indígenas, de los esclavos africanos, con los ritmos españoles.
Su canto es un grito de amor a su tierra y su baile el sabor caribeño y tropical de una raza humana, alegre y vivaz.
“Los que nacimos en Colombia, nacimos en un paraíso. Pero un paraíso que nos entregaron para que lo manejáramos bien a través de los valores que el hombre tiene que desarrollar. Los que más se destacan son el amor, la paz y la justicia. Eso yo lo estoy augurando para los cumpleaños de Bogotá. Esta es una ciudad que parece que no es de nadie, pero es de todos nosotros.
Del patriotismo puedo decir que en el momento que quitaron esa área cívica donde uno aprendía el significado del poder ejecutivo, legislativo y judicial, dejo de existir el sentimiento de propiedad.
Yo no canto para ser famosa sino para decir, para expresar que el pueblo colombiano tiene una identidad y que uno puede imitar a nadie porque todas las estrellas en el universo no son iguales. Cada estrella tienen que hacer su trabajo para poder brillar y Colombia tiene que hacer su trabajo para poder brillar.
El día que encontremos realmente la ley del equilibrio, es decir, paz, amor y justicia, en ese momento seremos todos felices.
Vivo en Colombia y no en otro lugar porque el país donde uno nace es el cordón umbilical.”