Recientemente el Superintendente de servicios públicos, José Miguel Mendoza, confirmó que “La probabilidad de que se presente un racionamiento programado en esa región norte del país es de cero” y, afirma además, que se está trabajando para reanimar la empresa. Declaraciones que dan un parte de tranquilidad a la población del Caribe colombiano que sintió en noviembre pasado la inminencia de un apagón generalizado. La Superservicios ha informado que tienen 470 mil millones de pesos en garantías para prestar el servicio de energía en la zona Caribe.
La empresa comercializadora de energía, filial de la española Fenosa, fue intervenida por el Gobierno nacional pues los pasivos y las constantes pérdidas habrían sofocado su músculo financiero. Ese sería el principal argumento de los propietarios de Electricaribe para explicar la situación de crisis energética por la que a traviesa dicha región del norte del país y que los tiene en el ojo del huracán.
El senador Jorge Enrique Robledo, por su parte, ha increpado duramente a la filial española diciendo que el funesto escenario se debe a varias situaciones causadas por ellos mismos. La primera y más importante, dice, “es la pésima calidad en el servicio”; para Robledo el pueblo de la costa Caribe está siendo sometido a unas condiciones ignominiosas, pues asegura que la empresa no ha querido cumplir con sus compromisos de inversión.
El Plan 5 Caribe, una estrategia que contemplaba inversiones por más de $4 billones para los proyectos en el sistema de transmisión y normalización de redes, fue presentado a mediados de 2015 por el entonces ministro de Minas Tomás González. Para ese momento el Ministerio instó a Electricaribe a realizar acciones de corto y mediano plazo que ayudarán a mejorar el servicio, que iban desde el aumento de brigadas de poda y mejora del servicio al cliente, hasta inversiones en la infraestructura eléctrica.
Dicha estrategia se elaboró con el objetivo de combatir los problemas de raíz que afectaban la prestación del servicio, pero ya desde marzo de este año se oían voces institucionales que pronosticaban su inminente fracaso. El senador José David Name, denunció el pasado 16 de marzo en el Congreso de la República que Electricaribe no tenía voluntad de asumir la responsabilidad de la situación ya que no había sido “capaz de presentar un plan de contingencia dentro de los plazos impuestos”.
Pero por falta de capital, la empresa Electricaribe dio su paso al costado y no asumió todos los proyectos del Plan 5 Caribe, que requerían una inversión de más de 3 billones de pesos.
Edgardo Sojo González, presidente de Electricaribe sostiene que no se pueden hacer inversiones porque el fraude y el no pago son hábitos extensivos en esta región e insiste en que “los recaudos no están funcionando, han venido cayendo en los últimos 10 años casi 10 puntos, que significan $400 mil millones al año, que sería más o menos lo que se requiere en inversiones. Inclusive, si comparamos el mes pasado con el actual, bajamos del 83 al 81 por ciento. Y las pérdidas, que es un factor importante, están en el orden del 17%. Entonces, pérdidas con bajos recaudos es una compañía con una situación financiera bastante complicada”.
La realidad del servicio de energía en la costa Caribe (aunque en este momento esté garantizado por las decisiones del Gobierno y la permanente auditoría de la Superservicios), parece ser incierto pues el modelo de negocio está atrapado en un círculo vicioso así: Electricaribe no invierte un peso en mejoras. Y, a la vez, Electricaribe dice que no invierte porque el Estado y los usuarios no le pagan las facturas y además hacen fraude.
El día clave es el 15 de enero de 2017, cuando vence la fecha para una liquidación a administración de la empresa y llevaría hasta el 15 de marzo para tomar esa decisión.
¿Cómo funciona el modelo de energía en Colombia?
Cortesía Asociación Colombiana de generadores de energía